Cerrar

HERBERT PFARRHOFER

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

|||| Josef Fritzl, conocido desde el domingo pasado en todo el mundo como «el carcelero de Amstetten», gozaba de una cómoda posición económica, revela el registro central de la propiedad a los que tuvo acceso este periódico en Viena. Según los datos, el jubilado de 73 años está registrado como propietario único de seis bienes inmuebles, repartidos por varias localidades del Estado federado de la Baja Austria. En la lista figuran la propia casa familiar, tres edificios con numerosos apartamentos y locales comerciales, otra casa y un terreno, por un valor estimado de unos 2,2 millones de euros. Los edificios están ubicados en las localidades de Waidhofen an der Ybbs, Sankt Pölten (capital de Baja Austria) y en Amstetten, la ciudad de 23.000 habitantes donde el perito eléctrico jubilado encerró a su hija en un sótano debajo de su casa. Según informó el semanario vienés News , en un solar adquirido por Fritzl hace apenas tres años, el hombre había hecho mover decenas de metros cúbicos de tierra, aparentemente sin ninguna finalidad. Después de destaparse el caso del calabozo subterráneo de Amstetten, la policía también investigará ese lugar. El semanario destaca, además, que en uno de los inmuebles adquiridos por Fritzl en Amstetten el hombre quería construir 13 casas adosadas, un centro de oficinas y un aparcamiento para 30 vehículos, un proyecto que fue suspendido ante la resistencia de los demás vecinos. El difícil retorno a la normalidad La vida pública en Amstetten, la pequeña ciudad austríaca conocida en todo el mundo por haber albergado la nueva «casa del horror» de Josef Fritzl, volvía lentamente a la normalidad, aunque persiste el sentimiento de consternación e incredulidad ante lo sucedido. En la principal Iglesia de la localidad, el cura Peter Bösendorfer manifestó con motivo de la fiesta de la Ascensión que tras este caso «no se puede volver a la normalidad». «No debemos ignorar nuestros sentimientos, provocados por este terrible crimen», dijo el párroco en la Iglesia de San Esteban, en el centro de la ciudad, ante cientos de fieles, muchos de ellos llegados para celebrar la primera comunión de sus hijos y nietos. Y mientras la familia trata de recuperarse de los traumas vividos, los alrededores de la «casa de los horrores» en la calle Ybbsstrasse 40 se convirtieron una vez más, en punto de encuentro para reporteros de todo el mundo y curiosos locales y extranjeros. «Estábamos de paso hacia Viena, cuando vimos que nos encontrábamos cerca de Amstetten y decidimos venir a ver este lugar», relató Gertrud Heine, una turista de Berlín. «Estamos horrorizados por esta historia. ¿Cómo puede ser que en el siglo XXI un ser humano pueda hacer algo así? No es un problema sólo de Austria, esto puede pasar en todas partes», dijo la mujer.

Cargando contenidos...