El fenómeno Manhattan, de novia

|||| La novia de Ronaldo parece dispuesta a perdonarle su desliz con unos travestis. Primero le insultó, pero luego se lo ha pensado mejor y ahora le apoya. Hasta sus padres están a favor de que corra un tupido velo y siga junto al futbolista. Si Ronaldo fuera repartidor de pizza o botones de un hotel, seguramente ni la novia ni los padres de la novia habrían vuelto a mirarle a la cara. Pero Ronaldo es un fenómeno (en lo suyo) y a los fenómenos, como bien decía Juan Belmonte, hay que darles más jamón. Desde que tuvo la brillante idea de echarse a la calle en busca de amores mercenarios, el pobre Ronaldo no para de lloriquear y de justificarse. Su última declaración de principios reza así: «Soy completamente heterosexual», como si en esto de las preferencias sexuales, al igual que en la mili, hubiera grados... De modo que, según ese criterio, si uno va en busca de travestis es parcialmente homosexual, ya que las mujeres le gustan de cintura para arriba y los hombres de cintura para abajo. Interesante. Además de haber establecido nuevas categorías sexuales, Ronaldo, en su infinito y lógico afán de ser perdonado, ha elaborado frases memorables que en el futuro, si de verdad su carrera futbolística se hunde tal como él mismo teme, le aseguran un brillante porvenir como guionista de sitcoms . Ahí va una de ellas: «Cuando vi que no eran mujeres de verdad, retiré el equipo del campo». Ya sólo le falta añadir eso de que él se las llevó al río creyendo que eran mozuelas, pero tenían... En fin, un hombre que en su día se enamoró de la hombruna Daniela Cicarelli es lógico que se confunda, y más si está oscuro. En el fondo, lo peor no es que sean travestis, sino deslenguadas. Porque éstas hablan por los codos. O, como se dice en Brasil, Falan pe los cotovelos . banquete