Humanizar a los perros los empuja a padecer trastornos psicológicos TÚ Y TU MEJOR AMIGO BUSCANDO UN HOGAR...

El exceso de cariño puede ser perjudicial para nuestra mascota, sobre todo si les mostramos nuestro afecto en el momento equivocado, y es que, cuanto más apego tengan hacia el dueño, más le echarán de menos cuando estén solos y más dependerán de él. Cuando los veterinarios hablamos de ansiedad por separación o abandono, nos referimos a un problema de comportamiento que presentan algunos perros que se acompaña de una actitud destructiva que manifiestan cuando el dueño sale de casa y se quedan un tiempo solos. Al regresar se encuentran todo patas arriba, muebles mordidos, cortinas desgarradas, cojines por el suelo, periódicos y revistas hechos añicos etc, a veces el animal ha orinado y defecado en casa, eso sin hablar de las constantes quejas de los vecinos por los fuertes aullidos y ladridos que emiten en ausencia del dueño. No lo hacen por rencor ni falta de inteligencia, solamente se trata de una manera de liberar su angustia y el exceso de energía acumulada, por eso es conveniente antes de dejar al animal en casa darle un buen paseo para que al regresar esté cansado y se limite a estar tumbado. Uno de los errores cometidos por el propietario y fuerte desencadenante del problema es el de despedirse del perro cuando va a salir. Lo que realmente deberíamos hacer es ignorarle completamente entre veinte y treinta minutos antes de irnos, no hablarle, ni tocarle y ni siquiera mirale o de lo contrario correrá hacia nosotros en busca de atención. Del mismo modo cuando lleguemos a casa y el perro salte sobre nosotros ansioso y rebosante de alegría (más bien hiperexcitación) seguiremos sin hacerle caso, y mucho menos regañarle si ha hecho alguna travesura, porque no lo entenderá a menos que sea pillado «in fraganti», y acabará reforzando su ansiedad. Después de pasados unos minutos y el animal deje de reclamar nuestra atención es entonces cuando debemos premiarle. Otro truco que nos ayudará a evitar esta ansiedad es romper con el ritual que llevamos acabo antes de marchar, como vestirnos, coger el abrigo, las llaves y a continuación salir por la puerta. Si de vez en cuando realizamos esto y en lugar de salir nos quedamos en casa, el animal dejará de asociar estas acciones con la salida del dueño y asi no se pondrá nervioso. O incluso realizar salidas breves y poco a poco ir prolongádolas para que se acostumbren. También el hecho de dejar la radio puesta mientras están solos les ayuda a mantenerse en calma, ignorando ruidos que les puedan alterar o tener a su alcance juguetes comestibles para matar el aburrimiento, pero nunca dárselos antes de salir o les pondrá alerta. Es importante detectar el problema antes de que se agrave y poner remedio con estos y otros muchos consejos, pero siempre y cuando todos los miembros de la familia se pongan deacuerdo y los lleven a la práctica sin excepción o no darán resultado. El tratamiento médico con antidepresivos o ansiolíticos suele ser el último recurso. Si contenemos nuestro afecto y les ayudamos a liberar el exceso de energía acumulada durante el día con una buena dosis de ejercicio, su comportamiento será más saludable y podremos disfrutar plenamente de nuestras mascotas. Lassie es una presumida Caniche y parece que por ella no pasan los años. Cumple 17 años el próximo mes de Julio y aunque está un poco sorda para lo que quiere, posee una salud de hierro. Corresponde a una edad humana de aproximadamente 84 años, ojalá todo el mundo llegara a cumplirlos con tanta energía. Su dueña Almudena disfruta de ella al máximo ya que sigue siendo una perrita muy activa a la que le encanta dar largos paseos y después nunca quiere regresar a casa. Durante el Invierno el frío no la hace quedarse en casa sino que, bien abrigada y aunque todo esté cubierto de nieve, sale a callejear muy dispuesta como se ve en una de las imágenes. Se lleva mejor con los perros grandes que con los de su tamaño y con los niños no acaba de hacer buenas migas, les asusta con sus gruñidos para que la dejen tranquila. Al ser una raza pequeña Lassie tiene mayor esperanza de vida, pero parte del mérito lo tienen sus dueños que la miman y se preocupan de que no le falte de nada y mucho menos un pedacito de cordero de vez en cuando que es su comida favorita. Lo más bonito de todo es que es una perrita feliz y que apesar de su avanzada edad desborda mucha alegría y vitalidad. No hay más que verla, aún le quedan muchos años por disfrutar. Esta es Pastorina de aproximadamente dos años. Hace un año cuando estaba vagabundeando por las calles del pueblo, tuvo la suerte de ser encontrada por la vicepresidenta de la protectora. Estaba llena de garrapatas, muy delgada y muerta de miedo. Es una perra muy cariñosa y cuando la acaricia un desconocido se tira al suelo poniendo postura de sumisión, comportamiento que puede ser un signo de maltrato de su anterior dueño. Sin embargo es tranquila y dócil y convive perfectamente con los demás perritos. Adóptala, se merece una vida mejor.