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Seguridad vial, tan de moda como los tiempos

De la transmisión por engranajes que montaba la «Voiturette» Renault de 1898 al: ¡Atención, frenos de disco!, que lucía el R8 en su luneta trasera, hasta los modernos «crash-tests» de EuroNCAP... medio siglo, bien cumplido, de seguridad vial en

Publicado por
JAVIER FERNÁNDEZ | texto
León

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Investigar para optimizar. Renault aprovecha los estudios realizados por el Laboratorio de Accidentología de Biomecánica y de estudios del comportamiento humano y sus competencias en ingeniería para desarrollar los equipamientos más eficaces frente a situaciones reales de conducción. Un programa de seguridad vial basado en cuatro ejes: prevenir, corregir, proteger y sensibilizar. Si proteger lo mejor posible en caso de choque resulta fundamental, evitar el accidente resulta ser prioritario. Los estudios demuestran que existen fallos humanos en el 80% de los casos; con lo que, gracias a las tecnologías de las que se dispone, el reto consiste en identificar los riesgos, alertar al conductor, prestarle asistencia y si es necesario, corregir sus errores. La realización de vehículos homogéneos en seguridad pasiva y activa, pasa (entre otras cosas) por la realización de pruebas en lo que el fabricante denomina «biomecánica de los choques»; es decir, el estudio de las tolerancias del ser humano sometido a fuerzas mecánicas. Así, los nuevos modelos desarrollados por Renault son objeto de varios «crash-tests». Los vehículos cuentan con 70 captadores y en su interior se colocan unos muñecos cuyo coste unitario alcanza los 150.000 euros. Se los somete a una serie de ensayos (choques frontales, laterales, traseros, impacto contra peatón) para probar su resistencia y capacidad de protección de sus ocupantes. Cada ensayo requiere más de 300 horas de trabajo. Los vehículos se propulsan contra obstáculos mediante una catapulta de 35 metros de longitud, mientras unas cámaras ultrarrápidas graban y registran más de 1.000 imágenes por segundo. A continuación se analizan los datos para validar soluciones técnicas, con el fin de asegurar la protección de los ocupantes. De esta forma, la seguridad vial no se resume -o no exclusivamente- en un equipamiento o en una tecnología, se trata de «crear» una permanente interactividad entre el conductor y su vehículo con, además, una permanente adaptación a cada situación particular que pueda incidir en la conducción. Consciente de ese diálogo «hombre-máquina», Renault ha desarrollado el concepto de «seguridad integrada», que se distingue por su enfoque global. Un trabajo que toma en cuenta criterios técnicos, médicos, ergonómicos y sociales. Una política de construcción de automóviles que se plasma en la asociación de diversos dispositivos de seguridad activa y pasiva, cuyo objetivo es proporcionar a cada vehículo el mayor nivel de seguridad posible.

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