Diario de León

Como capitanes de barco por Portugal

El país luso ofrece, como alternativa de verano, navegar por su gran Lago de Alqueva

OLIVER HOSLET

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Publicado por
ENRIQUE SANCHO | texto
León

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Navegar plácidamente manejando tu propio barco, atracar junto a la orilla para detenerse a pescar o para coger la bicicleta y explorar los alrededores, unirse los tripulantes de varios barcos para compartir el aperitivo o darse un baño juntos, navegar en kayak, organizar una barbacoa en la orilla y luego disfrutar de una copa en cubierta y un apacible sueño en los confortables camarotes... Suena bien, ¿no? Pues todo esto es mucho más fácil y barato de lo que se piensa, y se puede realizar aquí al lado. La propuesta más original de este verano viene de la mano de Amieira Marina, una joven empresa portuguesa que acaba de lanzar en España su servicio de alquiler de barcos en el Gran Lago de Alqueva, un pequeño mar interior de Portugal en pleno Alentejo, a poca distancia de la frontera entre Portugal y España. La tradicional sequedad del paisaje alentejano se ha ido alterando a lo largo de las últimas décadas, con la creación de pantanos de aguas tranquilas, rodeados de vegetación, que ofrecen múltiples placeres a los viajeros y que han cambiado de forma radical el paisaje natural y agrícola de la región. Esenciales para el desarrollo del regadío y para el suministro de los pueblos, los pantanos constituyen lugares privilegiados para disfrutar de la naturaleza, para observar la flora y fauna o para practicar deportes náuticos. El embalse de Alqueva, donde Amieira Marina tiene sus instalaciones, es el lago artificial más grande de Europa. La Presa de Alqueva, de 96 metros de altura y 458 metros de coronación, ha permitido crear un espejo de agua con cerca de 250 kilómetros cuadrados y una longitud total de 83 kilómetros. Sus márgenes se extienden por unos 1.160 km, más que la costa portuguesa del Atlántico. La obra recibió hace poco el Premio Internacional Puente de Alcántara , instituido por la Fundación San Benito de Alcántara, que tiene una periodicidad bienal, y está destinado a galardonar, dentro del ámbito iberoamericano, la obra pública que reúna mayor importancia cultural, tecnológica, estética, funcional y social, teniendo en cuenta asimismo la calidad técnica y estética y la perfección alcanzada en la ejecución del proyecto. Capitán de barco Amieira Marina ha creado un servicio de alquiler de barcos a motor, con capacidad de entre dos y diez personas que pueden ser tripulados por uno mismo, tras recibir unas pequeñas lecciones de navegación que duran apenas media hora. Precisamente la facilidad de manejo de las naves y la posibilidad de elegir cualquier recorrido en la amplia superficie del pantano son los principales atractivos de esta nueva fórmula de vacaciones que hasta ahora estaba limitada a los expertos que podían manejarse en el mar, con la titulación correspondiente. El barco puede tripularse desde la cabina o en la toldilla exterior haciendo algo tan sencillo como mover un volante similar al de un automóvil, graduando la velocidad con una palanca y decidiendo ir hacia delante o hacia atrás. Para que no falte nada y todo sea seguro y fácil, todos los barcos están equipados de GPS que dibuja el plano de la zona donde se encuentra, las boyas próximas y la ruta preferente a seguir, y también con un sonar que indica la profundidad y señala la proximidad de rocas o posibles peligros en los que encallar. Cada camarote está equipado con camas doble o gemelas, armarios y estantes, cuarto de baño privado, equipado con inodoro, lavabo y ducha, ventanas y ropa de cama y baño. Además, en la zona común hay una cocina con amplio frigorífico, cocina de gas con cuatro fuegos, TV con lector de DVD, radio con CD, ventilador, mesa, sofá convertible en cama supletoria y todo el equipamiento de cocina y vajilla necesario. En la zona exterior hay un solarium, mesa y sillas, espacio para barbacoa, sombrilla, etc. Los barcos pueden transportar también bicicletas de montaña, cañas y equipo de pesca, canoas... El tiempo de navegación a bordo discurre tranquilamente mientras se toma el sol, se contempla el paisaje, se lee un buen libro o se saborea una cerveza helada.

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