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Publicado por
León

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Cuando Anton Geiser puso pie en suelo estadounidense en 1956, acompañado por su mujer, sus dos hijos y sus suegros, se despojó completamente de su pasado como guarda en uno de los Batallones de la Muerte de la SS Nazi. Nadie preguntó y él se enfundó en la piel de un refugiado de guerra. Medio siglo más tarde, Geiser, de 83 años, se ha visto despojado de su ciudadanía estadounidense y deambulará por el mundo sin que su país de origen esté dispuesto a cobijarle. Este lobo con piel de cordero sólo atinó a reconocer que estaba «muy preocupado», y que no apoyaba en absoluto ninguna de las macabras prácticas infligidas en los campos de concentración, durante una comparecencia en 2005, cuando su truculento pasado fue dado a conocer. El lugar que durante casi cincuenta años ha llamado casa y los cerca de 31 años trabajados en la fábrica de acero de Sharon, en Pennsylvania, se han esfumado para siempre. La semana pasada un tribunal de apelaciones en Estados Unidos le revocó la ciudadanía estadounidense y ordenó finalmente su deportación.Su trabajo como guardia en los campos de concentración de Buchenwald y Sachsenhausen, en Alemania, no le hubieran hecho apto para obtener un visado con el fin de emigrar a Estados Unidos en 1956. Según los informes presentados durante su periplo por las entrañas del Holocausto, Geiser tuvo órdenes de disparar contra cualquiera que tratara de escapar. Al menos así lo aseguró el juez David Cercone durante la sentencia. Tras el final de la II Guerra Mundial, Geiser quiso romper con su truculento pasado, algo que le permitió alcanzar la ciudadanía. Tras evitar ser capturado por los aliados, el guarda quemó su uniforme de la SS en un bosque y se trasladó a Austria en 1948. Desde allí solicitó un visado estadounidense, amparándose en el Acto de Ayuda al Refugiado, que le fue concedida en 1956. Geiser consiguió la ciudadanía norteamericana en 1962. El caso de Geiser no es el único ocurrido a este lado del Atlántico. A día de hoy EE.UU tiene 16 casos pendientes de juicio, 37 investigaciones formales y 168 investigaciones preliminares. Entre 2006 y 2007, cuatro ex colaboradores nazis se han enfrentado a procesos de desnaturalización y deportación. Entre ellos se encuentran Elfriede Rinkel, que sirvió como guardia de las SS en el campo de concentración de Ravensbrueck, Orest Galan, ex miembro de la Policía Auxiliar Ucraniana en Lviv (Ucrania) o Josias Kumpf, que sirvió como guarda de las SS Totenkopf en el campo de concentración de Sachsnehausen (Alemania) y en el campo de trabajo de las SS de Trawniki (Polonia), así como en la base donde se construían los misiles V-1 y V-2 en Francia. Cabe recordar que tanto EE.UU como Canadá sólo imputan cargos civiles, y no penales, a los criminales de la Segunda Guerra Mundial. Su estrategia consistente en la desnaturalización y deportación tiene ciertas ventajas intrínsecas con respecto al procesamiento penal. El caso de Geiser ha traído consigo un problema añadido, ya que no se ha podido determinar cuándo será deportado ni a donde.Geiser, de ascendencia alemana, nació en el seno de la Antigua Yugoslavia. Sin embargo, tras la desfragmentación del país, el ex colaborador nazi debería ser deportado a Croacia. Aún así, ninguna de las autoridades de su país de nacimiento, así como de Austria, donde se emitió su visado, ha mostrado intención de acoger al anciano.

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