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Maserati Gran Turismo S, leyenda viva...

Motor V8 de 440 CV, cambio secuencial de inspiración deportiva, embrague bidisco «calcado» al que utiliza Ferrari en F1; si quieren más... avisen. Pues aún tiene ese «más». Heredero de la más pura tradición del Tridente, nuestro protagonista se

MST

Publicado por
J. F. ZARDÓN | texto
León

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El cuatro plazas del Alfa 8C. El V8 de 440 CV es exactamente el mismo que monta el 8C Competizione, así que... no resulta descabellada la aseveración. Sobre todo porque el Maserati GT-S comparte, lo mismo que con el Quattroporte, idéntica cadena -¿cadencia?- de montaje. Sin apenas variaciones extéticas con la versión GT «a secas», la S viene a significar un plus de energía, gracias al incremento de cilindrada -de 4.2 a 4.7 litros- emanado de un mayor diámetro de los cilindros y de una mayor carrera sin que se hayan experimentado variaciones en el tamaño del bloque. Eso, por no hablar de que la distribución variable en admisión permite disponer del 82% del par desde 2.500 vueltas, de forma que la elasticidad es también una de las reglas de oro motorísticas en la nueva propuesta de Maserati. Lo de añadir la «S» al apellido Gran Turismo, no es en absoluto gratuito. Si se pulsa la tecla «Sport» se varía el sonido -musicalidad- del V8 hasta límites insospechados o, por mejor decir, el conductor se verá transportado a otros mundos , dignos de todo un coche de carreras y con las sensaciones a flor de piel. Eso, por no hablar de la ausencia de palanca de cambios convencional, sustituida por sendas enormes levas situadas por detrás del volante que serán las encargadas de subir o bajar marchas. Solamente un sencillo botón, en el túnel central, par arrancar o engranar la marcha atrás, nos recordará que «alguna vez» hubo allí una palanca de cambios. Con la pulsación de otro botón también es posible cambiar la gestión de modo normal a sport, tanto que se circule en manual como en automático. Incluso se consigue un cambio de marchas mucho más rápido en el modo manual Sport MC-Shift -por encima de las 5.500 vueltas- de forma que los cambios de marchas se reduce en 100 milésimas el tiempo necesario para cambiar de velocidades. Para absorber el incremento de potencia, y prestaciones, el Maserati GT-S goza de unos tarados de suspensión más firmes -un 10% más- y, si se quiere todavía disponer de más prestaciones, puede optarse (2.746 euros) por el sistema de suspensión adaptable electrónicamente, que propicia un excelente equilibrio entre eficacia dinámica y confort para los ocupantes. Los discos de freno también se han revisado al alza (acero y aluminio) de forma que Maserati no ha considerado oportuno montar discos cerámicos, mucho más caros y de una efectividad claramente discutible en utilización del día a día. Se diría que lo de los discos cerámicos es una solución más para pistas de carreras que para un uso práctico del coche en carreteras abiertas al tránsito normal. En suma, que la «S» añadida trae también evidentes «añadiduras» a un coche ya de por sí lo suficientemente sugestivo en lo estético y en lo dinámico.

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