«No creo que se me pueda engañar tan fácilmente, lo que yo vi no era una farsa»
Ingrid Betancourt ha descartado que su liberación de las FARC fuera una escenificación y que su impresión en todo momento es que sus secuestradores no recibieron ningún rescate a cambio y su arresto no tuvo nada de ficticio. «Lo que viví fue una operación militar en la que las personas que participaron corrieron riesgos inmensos», destacó en conferencia de prensa en París. Betancourt, que reiteró que no le cabe en la cabeza que su liberación y la de otros catorce rehenes fuera una dramatización. «No me creo que puedan engañarme fácilmente. No creo que lo que vi fuera una escenificación» porque la situación era «tan estresante» que los mismos implicados se resistían en principio a subirse al helicóptero camuflado del Ejército colombiano, contó. Recordó en particular el momento en que su «carcelero», el comandante Enrique de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), «alias gafas», fue reducido por los militares en el suelo del helicóptero una vez que estaba en vuelo y la cara que éste puso entonces. «Sé muy bien lo que sentía cuando estaba en el suelo (...): tenía vergüenza, tenía miedo» y por eso mismo «no creo que quien haya podido recibir un rescate pueda poner esa cara», precisó. Al ser preguntada por las informaciones sobre un rescate de 20 millones de dólares, empezó recordando que sus relaciones con el actual presidente colombiano, Álvaro Uribe, antes de su secuestro «nunca fueron fáciles» e incluso las calificó de «muy duras», pero que lo que ha vivido no le parece ningún montaje. «Había un grado de tensión tal (...) y era tan estresante (...) que teníamos la sensación de que caíamos en una trampa» y cuando los dos guerrilleros fueron reducidos «la alegría no era ficticia», argumentó. Sobre la liberación en sí, comentó que «fue un éxito porque era absurda» y eso hizo caer a los captores. En su opinión lo realizado por el Ejército colombiano fue «el mejor de los mundos posibles» porque una operación por la fuerza «está condenada al fracaso», de ahí que quisiera agradecer la movilización de los franceses y de su Gobierno porque sin ella «hubiéramos asistido a otro tipo de operación». No obstante, a continuación añadió que «Álvaro Uribe ha sido extraordinario» porque en caso de fracasar todo el montaje puesto en marcha por la inteligencia militar, hubieran podido morir tanto los rehenes como los que los rescataron y en ese caso las culpas se hubieran vuelto contra él y su política de gestión en el gobierno.