EMISIONES
Han crecido mucho más que en el conjunto de la UE
Según el informe de OMM, en general, la velocidad comercial de los autobuses urbanos es baja, entre 10 y 17 kilómetros por hora, debido a las constantes paradas y la congestión de tráfico. En cambio, en el metro o los servicios de cercanías se alcanzan velocidades en torno a 30 y 50 kilómetros por hora, respectivamente. En casi todas las áreas, los porcentajes de población con parada de transporte público a menos de 300 metros del domicilio son cercanos al 100%, lo que garantiza una buena accesibilidad de la población a dichos servicios. Las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes del transporte han crecido un 71,6% entre 1990 y 2005. La evolución de la demanda de transporte y sus emisiones en nuestro país han seguido pautas de crecimiento mucho más aceleradas que en el conjunto de la UE. La movilidad de personas y mercancías crece a un ritmo muy superior a la de nuestros países vecinos. Además, el crecimiento del transporte de viajeros es mayor que el de mercancías, mientr a s que en Europa la tendencia es la contraria. En el año 2005 el transporte por carretera representó el 90% de los viajeros-kilómetro transportados mientras que el ferrocarril, por ejemplo, representó un 4,7% y el avión un 5%. Las sustancias acidificantes disminuyeron en el periodo 1990-2005 un 4,5% como consecuencia de las mejoras tecnológicas de los vehículos, los estándares de emisión más restrictivos y el uso de combustibles cada vez con menor contenido en azufre. Los precursores del ozono disminuyeron un 22%. Las emisiones de partículas materiales aumentaron un 1%, aunque la tendencia de los últimos años es de una clara reducción.