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El caramelo con 50 años Chupa Chups

A diario se colocan en el mercado mundial 18 millones de unidades del caramelo ideado por Bernat en 1958 y que junto a la fregona son los grandes inventos españoles del siglo XX

Publicado por
MIGUEL LORENCI | texto
León

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Nació hace cincuenta años como una ingeniosa y práctica solución para evitar que los peques se pringaran las manitas de caramelo. Medio siglo después, el Chupa-Chups -chupachús para sus adeptos españoles- se ha convertido en un fenómeno global. Un éxito empresarial y comercial que ha sabido imponer su magistral sencillez y sobrevivir en medio de la sofisticación y la tecnificación de las golosinas. Su creador, Enric Bernat, inventó en 1958 el archifamoso caramelo del palito, del que cada día salen al mercado mundial 18 millones de unidades en casi 160 países. El primer fabricante del universal caramelo del palito fue Granja Asturias S.A. Desde 2006, la marca es propiedad hoy de una multinacional italo-holandesa que lo se fabrica en más de 127 sabores. Par algunos el Chupa-Chups es, junto a la fregona, el gran invento español del siglo XX. La sencillez es el secreto de su éxito, desde que nació como un caramelo moderno e inovador, hasta que su consolidación como un icono pop del siglo XX que denomina a todos los caramelos de las mismas características. La marca se ha comercializado en más de 150 países y su fórmula de expansión se estudia en escuelas de negocios y marketing. Ha sido el primer caramelo en viajar el espacio y, si se colocaran uno tras otro todos los Chupa-Chups producidos en estas cinco décadas, habría suficientes para dar la vuelta a la Tierra casi 20 veces. Algo tan simple como incorporar un palo a una bola de caramelo fue crucial para que las madres no se negaran a comprar dulces a sus hijos. El secreto de su éxito se debe a la visión comercial de su creador, Enric Bernat Fontlladosa (1923-2003) que pretendió, desde el principio de su negocio, crear un imperio de las dimensiones de Coca-Cola. Sin llegar a tanto, el caramelo del palito ha hecho historia por ser la primera golosina que ha orbitado en el espacio, dado que en1995 fue degustado por los astronautas de la estación MIR. A su fama mundial han contribuido actores, deportistas, políticos, cantantes, modelos y astronautas: personajes de ficción como el detective Kojak (Telly Savalas), y reales como Johan Cruyff, Rivaldo, Madonna, Harrison Ford, Giorgio Armani, Mariah Carey o las Spice Girls, que aparecieron en público disfrutando de sus múltiples sabores. Daliniano Bernat llamó 'Gol', por su forma de balón, al primer caramelo que creó. Pronto cambió el nombre por Chups, ya que una agencia de publicidad se lo recomendó para facilitar su llegada y aceptación en mercados internacionales. Fue el público quien añadió lo de chupa tomándolo de la canción promocional. Para dar el giro internacional a la empresa, Bernat encargó un nuevo logo a Salvador Dalí en 1970; una margarita amarilla de tipografía americana, moderna y transgresora para la época por la que el pintor de Cadaqués recibió una jugosa suma. Un Chupa-Chups no es otra cosa que una esfera de caramelo elaborada a base de azúcar, agua y glucosa, que se calienta hasta que se evapora el agua, y a la que más tarde se le añade el ácido y el aroma según el sabor. Es decir, la base de Chupa-Chups es común a cualquier caramelo; lo diferente es el aroma y el colorante, que a lo largo de la historia se han llegado a producir más de 127 sabores. Gustos tan dispares como Daikiri, Manzana al horno, Piña Colada e incluso Chile. Una vez que la masa está formada tiene lugar el proceso de homogeneización e introducción en los moldes. Finalmente se inyecta el palito, se enfría y se envuelve en su caraterístico celofán. Un paso crucial este último, dada la importancia del aspecto visual para la venta del producto. Una golosina de colores atractivos y llamativos siempre despierta el apetito, en especial si se expone en un punto de venta cerca de la caja de los comercios. Unos coloristas expositores que fueron clave en su éxito, junto a la distribución. Comenzó en la España de los sesenta en aquellos Seat 600 con el logo de la marca que llegaban los más remotos puntos de venta, 300.000 repartidos por todo el país. Se despachaba entonces a una peseta, un precio redondo pero bastante caro para la época. En 1969 los responsables de la compañía deciden buscar mercado extranjero y abren una fábrica en Francia, desde donde comienza a distribuir el producto a países tan lejanos como China, Taiti, o Nueva Guinea. La producción aumentó paulatinamente hasta llegar a los 18 millones de unidades que se producen al día entre todas las fábricas del mundo, casi 20.000 toneladas anuales. Su consumo, que dura una media de 10 minutos, se ha relacionado con una estética determinada, con una manera de combatir la ansiedad, las ganas de de fumar, de evitar picar entre horas.