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Senderismo, una actividad al aire libre al alcance de todos

La riqueza paisajística de Castilla y León ofrece un sin fin de posibilidades. Sin embargo, hay que tener en cuenta que unas elementales normas de seguridad haran que todo salga bien y ayudarán a evitar posibles accidentes

Publicado por
M. M. ALLER | texto
León

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La llegada del buen tiempo anima a realizar salidas al campo. La riqueza paisajística de Castilla y León ofrece al amante del aire libre muchas posibilidades para pasar una o más jornadas en contacto con la naturaleza practicando, por ejemplo, senderismo, acampada, travesías de montaña y cicloturismo siguiendo las incontables rutas que se extienden por todos los rincones de la comunidad. Se indican a continuación algunas de las normas más importantes que se deben tener en cuenta siempre que se vaya a pasar una o más jornadas en contacto con la naturaleza. Con su puesta en práctica se consigue algo muy importante para que todo salga bien: la seguridad. Algunas precauciones Nunca se debe ir solo, conviene reunir a amigos y preparar la actividad. Para ello hay que elegir el itinerario a seguir y pensar en el equipo y la comida que se va a necesitar. No hay que cargar la mochila de cosas inútiles pues tocará llevarlas sobre la espalda todo el trayecto. Es importante conocer el tiempo que se tarda en realizar el viaje y los medios de transporte para la ida y la vuelta. Pedir consejo a los que poseen más experiencia será muy útil porque pueden indicar recorridos que no se conocen. Se debe salir temprano para aprovechar las horas de luz. Antes de partir es aconsejable indicar a los familiares el itinerario a seguir. Estarán tranquilos y si existe una emergencia sabrán donde buscar. Recuerde que es fundamental tener los pies limpios y llevar calcetines sin arrugas. Si se pone uno fino de hilo entre el calcetín grueso y el pie, se evita que éste se caliente demasiado y salgan ampollas. Aunque se conozca el terreno es aconsejable llevar brújula y plano de la zona por si surgen imprevistos como la niebla. Y si las condiciones climatológicas se vuelven adversas se debe elegir un trayecto más sencillo o renunciar a la salida. El mal tiempo aumenta los peligros y un itinerario considerado sencillo puede volverse muy peligroso. En previsión de que pueda llover conviene meter en la mochila, en bolsas de plástico, las cosas que no se deben mojar. No olvide llevar teléfono móvil a plena carga y comprobar que existe cobertura en la zona. Si el viento y la tormenta son fuertes hay que separarse de las crestas y los lugares abiertos; se está más protegido en los valles. En caso de truenos y rayos evite situarse en aristas, agujas o picos y aléjese de los rebaños, masas de metal, cursos de agua y zonas encharcadas. No refugiarse bajo rocas ni árboles aislados, ni siquiera en cuevas húmedas en las que corra el agua por sus grietas. Puede uno cobijarse en cuevas secas y profundas o en el interior de un bosque, alejando los objetos de metal. El buen tiempo también puede ser peligroso si uno no se protege adecuadamente del sol llegando en ocasiones a producir quemaduras y otras molestias. Durante la marcha, el paso debe ser lento. El caminar del senderista y del montañero se caracteriza por la regularidad y no por la velocidad. El grupo debe ajustar su paso al del menos fuerte y así nadie quedará retrasado. Las pendientes pronunciadas no se suben directamente. Aunque el camino recto es el más corto, el agotamiento es mayor. Por eso, subiendo en zig-zag, aunque se tarda más en llegar arriba, la fatiga siempre es menor. En los descansos, conviene ponerse ropa de abrigo para no enfriarse y quitársela antes de reanudar la marcha. Tumbados boca arriba, con los pies sobre la mochila, se aliviará el cansancio. No se debe comer mucho, sólo cosas energéticas y fácilmente digeribles como pasas, higos o almendras. La comida principal se debe hacer al final y si no queda más remedio comer durante el trayecto se debe esperar hasta concluir la digestión. Tabaco y alcohol están reñidos con la montaña. Cuidado con el agua de manantiales porque no siempre es potable. Se debe beber muchas veces en pequeñas cantidades teniendo en cuenta que mientras más se bebe más se suda y con el estómago lleno no se anda bien.