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Hyundai i10 / i800, los extremos... ¿se tocan?

Casi cabría uno dentro del otro. Metro y medio, cuatro plazas y un puñado de euros... los separan. «Cercanías» y «grandes rutas», conviven en las puntas del catálogo firmado por el fabricante coreano: i10 versus i800, convivencia en sus terreno

Publicado por
J. FERNÁNDEZ - J. LESMES | texto
León

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Viajar hasta la plaza y encontrar aparcamiento en los aledaños del coso. Ocho plazas, la cuadrilla y dos más, estéticamente trufado en posmoderno coche de cuadrillas , alejado de aquellos entrañables aigas de los sesenta (botijo y esportón en la baca) y con la practicidad de principios del XXI (capotes y utensilios al abrigo del interior). Nuestro fotógrafo de cabecera plasmó el autobús i800 con el cubierto ruedo de «El Parque» como telón de fondo... ¡Ole!. El anterior monovolumen H1 se ha convertido en el reciente i800. Sobredimensionado él: 5 metros -bien amplios-, 8 plazas (2+3+3) con una segunda fila que sustituye las dos butacas individuales por un banco corrido (como en las andanadas de sol) regulable longitudinalmente y -de momento- un único motor de también nueva factura: turbodiesel de rampa común y 170 CV de potencia. Con estos mimbres, Hyundai no tiene empacho en codearse con lo más granado del segmento de monovolúmenes grandes -«enormes», cabría apuntar-. Eso sí, el fabricante continúa conservando la denominación H1, con el apellido Van, para las carrocerías Comercial y Combi, mientras el nuevo logo i800 campa en la remodelada carrocería de la versión de 8 plazas que, además, adopta de serie dos puertas correderas laterales (el H1 sólo tenía la izquierda). Consecuencia: sensible mejora de acceso al panorámico interior de nuestro protagonista que, eso también, ve ligeramente penalizada la capacidad del maletero (851 litros de capacidad hasta el techo) habida cuenta que la tercera fila de asientos es fija, con la única posibilidad de abatir el respaldo del asiento sobre la correspondiente banqueta. Con una tarifa de 29.900 euros, exclusivamente en acabado Style y la única opción de elegir el color de la carrocería, el completo equipamiento de serie del i800 comporta elementos como el control de estabilidad ESP, antibloqueo de frenos ABS, radio con CD y MP3, ordenador de viaje, llantas de aleación y sensores de aparcamiento... que buena falta hacen, dadas las dimensiones del monovolumen en cuestión. Hyundai i10 Lo del pequeño sustituto del Atos es otra cosa. Ciudadano y prácticamente utilizable hasta decir basta, la economía es la razón de ser del nuevo i10 que no sólo pone el punto de inflexión en la combinación sigla/guarismos que, ya se sabe, ha inaugurado recientemente Hyundai para denominar modernamente a sus modelos, también en unos planteamientos estético/técnicos radicalmente distintos a los antecesores. Un poderoso frontal, un parabrisas muy inclinado (la aerodinámica manda), ópticas de nuevo cuño y parrrilla frontal y paragolpes modernizados ponen de manifiesto la voluntad del fabricante coreano por europeizar sus catálogos. Eso sí, el i10 enfatiza sobre el aire de familia que ya pudo verse en el i30 (primero en estrenar denominación) centrado en los paragolpes pintados en color carrocería y en unas ópticas frontales perfectamente identificables al primer golpe de vista. Sin concesiones superfluas, el interior del i10 se basa en la filosofía de un puro utilitario, aunque con todo lo necesario para hacer agradable la vida a bordo. En comparación con sus enemigos naturales del cada vez más competido, y visitado, segmento de utilitarios, el i10 se homologa para cinco plazas aunque, tampoco debe sorprenderse nadie, la tercera central trasera resulta más hipotética que real, aunque puede sacar de apuros en recorridos cortos. En esta su primera fase de comercialización, el i10 llega a los concesionarios con dos mecánicas: el gasolina 1.1 litros de 66 CV (nuestra unidad de pruebas) y el turbodiesel common rail de 75 CV, con turbo de geometría variable e intercooler, lo que viene a significar que la modernidad tecnológica no está reñida con el utilitarismo. Ambas mecánicas viene unidas a una caja manual de 5 velocidades. La ausencia de vibraciones y la baja rumorosidad mecánica es lo primero que sorprende agradablemente, máxime cuando se trata de un coche de reducidas dimensiones y, en consecuencia, con los órganos mecánicos muy solidarios con el habitáculo. De funcionamiento suave y agradable, también fácil de conducir, el i10 hace gala de una rápida respuesta a bajo régimen -perfecto para circular en ciudad- aunque, como también fácilmente puede suponerse acaba por perder algo de fuelle cuando la aguja del cuentavueltas va alcanzo los regímenes superiores. En suma, un coche ideal para callejear, con un contenido radio de giro y con una postura cómoda al volante. Un utilitario en toda regla y con suficientes razones para hacerse un hueco en ese competido segmento.

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