El velo no evita el acoso
En Egipto el acoso contra las mujeres no depende de si van más o menos cubiertas, sino que todas están expuestas a este tipo de vejaciones, que tampoco están relacionadas con la edad, la clase social o el estado civil
El velo que lleva la gran mayoría de las mujeres en Egipto no consigue evitar que casi la mitad de ellas sean acosadas sexualmente a diario en los lugares públicos del país, según una encuesta publicada. Un estudio sobre el acoso sexual realizado por el Centro Egipcio para los Derechos de la Mujer (CEDM) desvela que ni el hiyab -velo que cubre el cabello-, ni el niqab -vestimenta que sólo deja al descubierto los ojos-, protegen a las egipcias del hostigamiento que sufren en la calles de su país. El 91 por ciento de las encuestadas confesó ser víctima de acoso frecuentemente, principalmente en las calles y en los medios de transporte público, aunque también en los lugares de ocio y centros educativos, a pesar de que la mayor parte de ellas lleva el velo islámico que, supuestamente, resguarda a las mujeres de las miradas «impuras». Estos datos demuestran, según el CEDM, que el acoso contra las mujeres no depende de si van más o menos cubiertas, sino que todas están expuestas a este tipo de vejaciones, que tampoco están relacionadas con la edad, clase social o estado civil. De hecho, tanto las mujeres casadas como las solteras relataron haber sido acosadas, aunque hay grupos más susceptibles ante este fenómeno, según el estudio, basado en una muestra de 2.129 encuestas, realizadas a hombres y mujeres egipcios, y a mujeres de otras nacionalidades residentes en el país. Las trabajadoras son las que están más expuestas a sufrir el acoso sexual público, seguidas por las turistas, las amas de casa y las discapacitadas mentales. Las mujeres extranjeras residentes en Egipto son quizás el colectivo más afectado por el acoso, ya que el 98 por ciento de las encuestadas admitió haberlo sufrido durante su estancia en el país y más del 52 por ciento de los casos confiesan que fue a diario. «Esta situación puede afectar al sector del turismo y a la imagen de Egipto en el extranjero», explicó la autora del informe, Rasha Mohamed Hassan, ya que algunas de las mujeres extranjeras entrevistadas dijeron que no volverían al país por el acoso sufrido y que desaconsejarían viajar al país a sus amigas. Acoso habitual Por su parte, más de la mitad de los hombres encuestados admitieron acosar habitualmente a las mujeres, al menos una vez al día, como forma para desahogar sus instintos sexuales reprimidos, para sentirse más «masculinos» y por «costumbre», ya que el 20 por ciento lo lleva haciendo desde temprana edad. El perfil del acosador Los estudiantes, desde los adolescentes hasta los que están en la etapa universitaria, se sitúan entre los que más persiguen a las mujeres, junto a los conductores de taxis y a los chóferes de autobuses, y a los miembros de las fuerzas de seguridad. «El perfil del acosador sexual es un hombre, de entre 19 y 24 años, con formación intermedia, desempleado o con un trabajo humilde», destacó la investigadora social Hassan. A pesar de que las causas y los efectos del acoso contra las mujeres son múltiples, los participantes en el estudio indicaron la crisis económica y de valores morales como el caldo de cultivo en el que se originan hasta siete tipos de acoso, desde el verbal hasta la agresión física. La mayor parte de los encuestados coincidió en que éste es un fenómeno que va en aumento en la sociedad egipcia, donde también se están difundiendo valores morales y costumbres conservadoras, así como la tendencia a llevar velo.