TÚ Y TU MEJOR AMIGO
Este precioso Schnauzer miniatura, Mario, llegó a casa por sorpresa. Angel no se esperaba que este regalito, que al principio no le hizo ninguna gracia, pudiera llegar a significar tanto para él. Es un animal muy especial y Angel asegura que cualquier persona puede lograr lo mismo con su perro. Su éxito se debe, a parte de una enorme paciencia, en no caer en el error de humanizarlo. Le ha convertido en uno de los perros más educados y limpios de León. No orina en las fachadas, solo en la hierba, saluda a la gente con un singular aullido, sale a correr una hora al día para mantenerse en forma y siempre espera antes de entrar en casa a que le limpien sus patitas. Angel se ha encargado personalmente de educarle consiguiendo que Mario obedezca con solo darle una orden. Pasea junto a él sin necesidad de correa y antes de cruzar la carretera permanece quieto en la acera hasta que su dueño da el primer paso, ni una perrita en celo sería capaz de desviar su atención si asi se le ordena, ¡eso si es todo un logro! Siempre se le ha acostumbrado a que no pida nada a las horas de comer, de manera que en cuanto ve que alguien comienza a poner la mesa él desaparece y, en el instante en que siente cómo los platos golpean el fregadero, lo que significa que han acabado de comer, vuelve al lado de su dueño. Eso si, sus horas de comer son sagradas. Nadie se explica el hecho de que Mario, con escrupulosa puntualidad, se plante inmóvil frente de su comerdero cuando llegan las ocho de la mañana y las ocho en punto de la noche, esperando su ración de comida. Y como estas se pueden contar infinidad de situaciones en las que es capaz de dejar a cualquiera boquiabierto. Y es que Mario es mucho Mario...