Quintanilla de Losada dedica una plaza a Ramón Carnicer «Me gustaba andar descalza y mi madre me regañaba»
|||| El 9 de agosto se inauguró en Encinedo la exposición fotográfica de Ramón Carnicer como un acto de agradecimiento a su labor por La Cabrera, tal y como señaló el alcalde, José Manuel Moro. El municipio aprovechó para dedicar al escritor, fallecido en Barcelona el 29 de diciembre, una plaza y una fuente en Quintanilla de Losada. La esposa de Carnicer, Doireann Macdermott, y su hijo Alonso, comisario de la exposición, asistieron a los actos y agradecieron el reconocimiento. «Conocía La Cabrera a través del libro y de las fotografías y por lo que decía mi padre», pero la realidad le sorprendió: «Está absolutamente transformada. Ha pasado de ser un mundo abandonado y remotísimo a una zona de gran actividad y con gente muy dinámica. Y tiene un paisaje y una arquitectura popular dignos de conservarse». Su deseo de que la gente se reconociera en las fotos se está cumpliendo. |||| Basilisa tenía cuatro años cuando posó para la foto ante la cámara de Carnicer. No recuerda nada. «Más tarde mi padre me dijo que estaba en un libro y me lo enseñó», aclara. «Yo soy la que va descalza, me gustaba muchísimo andar descalza y mi madre siempre me regañaba porque no sabía dónde dejaba los zapatos», agrega. Evoca una infancia feliz, aunque llena de trabajos, en casa y con el ganado o en las huertas. No conoció al escritor, aunque él volvió a La Cabrera y le dejó a su padre el teléfono de su casa de Barcelona. Ahora lamenta no haberse encontrado con él, aunque no sabe qué le diría. A Carnicer no le faltaría tema de conversación y más aún con una empleada de Correos, donde el escritor tuvo su primer trabajo, que compaginó con los estudios universitarios. Basilisa confiesa que hay cosas del libro que no le gustan, «podía haber utilizado otras palabras», pero admite que «gracias a ese libro se nos empezó a conocer».