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Un proyecto analiza los mecanismos de pérdida de biodiversidad

Alarm intenta proponer soluciones globales a la extinción de plantas y animales. Los científicos aseguran que las principales causas de perturbación son el cambio climático, la contaminación, las especies invasoras y las modificaciones en los u

Publicado por
MIGUEL J. TRÉ | texto
León

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La Unión Europea ha puesto en marcha el mayor programa de estudio de la biodiversidad europea. Se trata del Proyecto Alarm (Assessing Large environmental Risks for diversity whith tested Metthods), con el que se pretenden analizar de forma minuciosa los mecanismos que están provocando la extinción de gran número de plantas y animales. Desde hace más de tres años, desde los olivares de Lesbos (Grecia) hasta los bosques resinosos de Tartu (Estonia), y desde el sur de España hasta Finlandia, los científicos capturan herborizan, censan, clasifican y cartografían la diversidad biológica. Dotado con un presupuesto de 24 millones de euros y una duración de cinco años, Alarm reúne a cerca de 300 investigadores de ciencias naturales y humanas pertenecientes a los cinco continentes, que intentan proponer soluciones globales a la pérdida de biodiversidad. Impactos humanos Según se recoge en un artículo publicado en la revista del Espacio Europeo de la Investigación («Research.eu»), tal movilización se debe a la complejidad de cuantificar la diversidad de los seres vivos, manifestada en diversas escalas. Aunque para la mayoría de las personas la más conocida sea la de la especie, dentro de cada una la diversidad genética es muy variable. Así, por ejemplo, mientras que en un grupo de álamos provenientes de un clon único, es prácticamente nula, en un robledal meridional, en el que el hombre haya intervenido, es muy amplia. Si subimos un peldaño, se aborda la diversidad de los ecosistemas, en los que algunas especies de flora y fauna casi idénticas pueden distribuirse y organizarse en diferentes combinaciones. Según se explica en el citado artículo, a este nivel es difícil de estudiar la biodiversidad de forma global, simplemente porque son necesarias competencias y herramientas diferentes para tratar con las plantas, las aves, los insectos o las bacterias. Sin embargo, el objetivo de Alarm no es censar la biodiversidad en sus mínimos detalles, sino medir la amplitud de su regresión y, sobre todo, identificar de forma más precisa las causas de la misma. Aunque es sabido que detrás de la pérdida de variedad de los seres vivos están las actividades humanas, hay que precisar la forma en la que el ser humano interviene en cada sitio. En este sentido, los investigadores han identificado los principales mecanismos de perturbación: el cambio climático, que hace que los hábitats sean cada vez más inhóspitos para algunos seres vivos; la contaminación (fertilizantes, pesticidas, metales pesados); el incremento de las especies invasoras que proliferan a expensas de las autóctonas, y los cambios en los usos del suelo como eliminación de setos, repoblaciones forestales de espacios abiertos, asfaltado de tierras agrícolas o incremento de infraestructuras. Para poder determinar cuáles de estos impactos son más importantes, cómo interactúan ó los principales riesgos para la biodiversidad y, al mismo tiempo, identificar tendencias a gran escala, los científicos de Alarm han constituido una red de emplazamientos experimentales que abarca todo el territorio europeo. Cada emplazamiento está constituido por dos parcelas vecinas, una en buen estado de conservación y otra transformada por el hombre. Así, mientras algunos plantan árboles fuera de sus condiciones climáticas naturales para anticipar su resistencia al cambio climático, otros censan hasta la más mínima plántula exótica, prueba de un inicio de invasión. Los equipos de ciencias humanas, por su parte, describen a través de estudios y cuestionarios los factores externos que pueden influir los emplazamientos, la evolución de la agricultura, la expansión inmobiliaria, las actividades de ocio o las protecciones ambientales. El objetivo final, según explica Josef Settele, coordinador del proyecto, es llegar a proporcionar a los responsables políticos recomendaciones prácticas sobre cómo reducir la disminución de la biodiversidad europea.

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