Diario de León

Mercedes GLK, ofensiva germana

Sobrio y geométrico, como tantas veces en los «todocamino» de la marca. El Mercedes GLK desembarcará en los mercados este próximo octubre con la mirada puesta en sus dos más correosos rivales: el ya veterano X3 de BMW y el reciente Q5 de Audi.

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JAVIER FERNÁNDEZ | texto
León

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Clase C vestido de campo. Mercedes anima o contraataca -según se mire- en el cada día más nutrido segmento de los SUV «compactos» -4,5 metros de longitud- con el nuevo GLK, que comenzará a venderse este próximo mes de octubre. Está visto que los fabricantes del trío SUV germano (X3, Q5 y GLK) han aprovechado las bondades de sus respectivas berlinas del segmento medio (Serie 3, A4 y Clase C) para, en una suerte de traslación carretera/campo, lanzar a la palestra tres clónicos tecnológicos capaces de adaptar, y trufar en versatilidad, lo mejor de ambos mundos: buen comportamiento sobre asfalto y evidentes aptitudes camperas; es decir, pura filosofía todocamino . La clonación del C-4Matic en GLK -también hay quien sostiene que nos encontramos antes un ML a escala- se traduce en la adopción de todos los órganos mecánicos de la berlina «integral» de Mercedes al todocamino en cuestión, incluidas aplicaciones tan «de turismo» como la amortiguación independiente en ambos trenes (multibrazo el trasero) y hasta incluso el chasis «Agility Control» con amortiguadores de regulación variable mecánica -no electrónica, como en la berlina- eso, por no hablar, de la efectiva transmisión 7G-Tronic (automática secuencial), que le viene de perillas a nuestro protagonista por mucho que, eso también, no disponga de la guinda de la función «doble embrague» que sí tiene la caja 7S-Tronic de Audi. Hablando de transmisión, recordar que el sistema 4Matic del Clase C, idéntico al que se monta en el GLK, mantiene un reparto constante de par 45%-55% en los trenes delantero y trasero respectivamente. Aún sin tener caja tránsfer -no se trata de un TT puro y duro - el GLK se defiende bien en el campo; no sólo por el diferencial central que trabaja solidario con el programa 4ETS, que frena la rueda que pierde adherencia transmitiendo el par sobrante a la que apoya en ese momento, también por sus generosos ángulos de ataque y salida (23 y 25 grados respectivamente) y eso que su altura libre al suelo (187 milímetros) tampoco es «enorme». Además, el fabricante ofrece el llamado paquete «off road», con levas del cambio en el volante y protección de bajos de carrocería, que permite, cuando se acciona la tecla «off road», configurar el comportamiento del GLK para una conducción más efectiva fuera del asfalto: el cambio funciona más suavemente y el ESP actúa de modo específico para pistas de tierra. El control de descenso permite abordar pendientes pronunciadas, sin tocar el freno, a una velocidad entre 4 y 18 Km/h. según la configuración deseada. Cuatro son las propuestas mecánicas de Mercedes para el GLK, dos turbodiesel (4 cilindros y V6) y dos gasolina (ambos V6). En el caso de los gasóleos, multiválvulas de rampa común, se supone que será la versión de acceso a la gama, el 220 CDI (170 CV) biturbo, que curiosamente no estará disponible hasta el verano del próximo año 2009 la que acapare mayor volumen de ventas. Se trata de una mecánica totalmente nueva que, con la tecnología del doble turbo en cascada, propia una respuesta instantánea del motor a cualquier régimen. El escalón superior en diesel, y de momento única alternativa de gama, es el V6 320 CDI de 224 CV. Las versiones de gasolina, ambas V6, vienen dadas por el 3.0 litros 280 (231 CV) y el 3.5 litros 350 que entrega 272 CV. El maletero, que dispone de un práctico doble fondo, tiene una capacidad de 450 litros -tampoco demasiado generosa- y puede alojar un kit de reparación de pinchazos o, sin coste adicional, una rueda de repuesto de emergencia. Por lo demás, el GLK cuenta con un equipamiento de serie muy completo, con siete airbag -incluido el de rodillas para el conductor-, volante y palanca de cambios en cuero, retrovisores abatibles eléctricamente, asientos delanteros con regulación eléctrica, bluetooth. Además, puede optarse entre cuatro diferentes paquetes de equipamiento: cromado, deportivo interior, deportivo exterior y estético todoterreno. En suma que, aunque quizá algo soso en su presentación estética, el nuevo GLK parece llamado a dar la batalla en uno de los segmentos más específicos del mercado europeo.

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