Los hurones se han convertido en fieles mascotas

Primos hermanos de las comadrejas, bisones y zorrillos, todos ellos salvajes, los hurones domésticos son pequeños carnívoros con fuerte personalidad que comienzan a tener gran aceptación en los hogares como animal de compañía. Antiguamente se usaban para cazar conejos, por su gran habilidad para introducirse en las madrigueras, y para el control de plagas de ratones. Hoy en día en algunos países Europeos y en Estados Unidos son la tercera mascota más común. Son divertidos, muy inquietos y curiosos, les gusta esconderse y explorar cada rincón de la casa. Muy inteligentes y a la vez tercos, no paran hasta salirse con la suya, por lo que el dueño debe tener paciencia a la hora de educarle. Como los gatos pasan la mayor parte del día durmiendo y se les enseña fácilmente a hacer sus necesidades en un arenero, de manera que no requieren la atención y los cuidados de un perro. Con éste tienen también muchas cosas en común, entre ellas su dependencia del dueño. Son capaces de responder a sonidos y aprender trucos con rapidez. Les gusta morder sobre todo en su etapa de cachorro y juvenil por lo que debemos tener precaución con los cables de la casa. Uno de sus inconvenientes es que despiden un fuerte olor que resulta muy molesto por lo que necesitan ser intervenidos para extirparles los sacos anales y para su esterilización, de esta manera conseguiremos que gran parte del olor desaparezca pero no el derivado de la secreción de las glándulas sebaceas de su piel. Los hurones con carnívoros por lo que su dieta debe ser rica en proteínas de origen animal y grasas ya que su corto intestino y su flora no están diseñados para digerir los hidratos de carbono y las proteínas vegetales. Existen preparados comerciales especiales para ellos y también pueden alimentarse a base de pienso de gatitos que tiene una composición similar. Necesitan una jaula espaciosa y mejor aún si tiene varias alturas y objetos para poder jugar y entretenerse. Suelen vivir entre diez y doce años y hasta entonces son traviesos y juguetones. Entre los cuidados que debemos realizar se encuentran una correcta desparasitación y vacunación que comienza a los seis meses de vida. Deben protegerse frente a parásitos intestinales, pulgas, ácaros, el gusano del corazón y diversas enfermedades infecciosas como la rabia y el moquillo. El virus del moquillo canino altamente contagioso les puede afectar e incluso provocar la muerte por la inexistencia de tratamientos eficaces. Otra de las enfermedades comunes es la gripe, producida por el mismo virus que la gripe humana, que cursa con inflamación más o menos grave de las vías respiratorias altas y que en ocasiones se puede complicar sobre todo en los ejemplares más jóvenes o aquellos con el sistema inmune debilitado. También padecen trastornos endocrinos como el hiperadrenocorticismo y el hiperestrogenismo. Las hembras están constantemente en celo excepto cuando las cubre un macho, y es recomendable su castración para evitar que los altos niveles de estrógenos le provoquen una mortal anemia aplásica. Ya que se trata de animales que pueden salir a la calle a pasear con correa igual que los perros, conviene llevar un buen control veterinario y realizar vacunaciones periódicamente.