TÚ Y TU MEJOR AMIGO

rro es el mejor amigo del hombre. Tópicos aparte, el tejido de afectos que rodea tanto a Begoña madre como a Begoña hija ha girado en torno a esos seres nobles, peludos y encantadores que forman parte de lo mejor de nuestras vidas. En el álbum de oro de la memoria figura Molly, la perrita de los abuelos que inauguró, varias décadas atrás, una pasión por los perros que se ha convertido en ese tipo de vocación que imprime carácter. A lo largo de los tiempos han sido más de veinte los perros que han pasado por las manos y la existencia de las dos Begoñas, la práctica totalidad de ellos recogidos de las calles, víctimas inocentes de esa «fría crueldad» hacia los animales que asombraba a los viajeros románticos llegados a España en el siglo XIX. Randy, por ejemplo, fue abandonado frente a su portal una Nochebuena, idéntico destino que aguardaba a la juguetona Chica antes de ser rescatada por Begoñina. Tinker, por su parte, era un peluche blanco y diminuto que fue la alegría de la segunda vivienda familiar, sita en el cercano pueblo de Villar de Mazarife. Una suerte de refugio o parador turístico con casetas incluidas y unos comederos exteriores que surten de alimento a todos los gatos, galgos y hasta erizos del entorno. El implacable mordisco del tiempo puso punto final a la vida de muchos de estos perros, que ahora descansan para la eternidad bajo los ciruelos de la finca. La ilusión desprendida de las dos Begoñas confirma que, cuanto más conoces a los hombres, más quieres a los perros. Palabra de Lord Byron.