Hyundai Sonata 2.0 CRDi VGT, practicidad automática

Suavidad mecánica y amplitud interior. También más bonito y equipado, el Sonata, una de las más longevas propuestas del fabricante coreano (desde 1985 en catálogo) aunque llegó al mercado español en 1992 y su auténtico despegue comercial -en nuestro país- data de hace un par de años, ofrece ahora nuevas posibilidades dinámico prácticas con, sobre todo, la versión turbodiesel unida al cambio automático de 4 relaciones y accionamiento secuencial (nuestra unidad de pruebas). Aunque estéticamente el Sonata no haya cambiado tanto en su clásica configuración tres cuerpos (maletero separado), sí que se aprecian variaciones que respiran modernidad por, entre otras cosas, la sobredimensionada y cromada parrilla frontal, el agrandado parachoques, los generosos faros y la adopción de unos modernizados antinieblas en los extremos de la defensa. Unas pinceladas que le sientan de maravilla a una configuración de las que gustan a un amplio sector de potenciales usuarios y que, paralelamente, viene a complementarse con otro detalle estilístico: una discreta moldura cromada en las manillas de las puertas. Así, nuestro protagonista gana en empaque y en sensación visual de berlina representativa . Donde menos se notan los cambios es en una zaga, se diría «continuista» que, salvo por una ligera remodelación de los grupos ópticos, es similar a la del modelo de sustitución. El Sonata mantiene sus 4,80 metros de longitud (2,73 de batalla), cota que propicia una remarcable habitabilidad interior -una de sus mejores bazas-, con asientos que resultan ser auténticos «butacones», capaces de hacer lo más confortablemente posible los largos desplazamientos. Esa es, su condición de rutero a ultranza , otra de las virtudes del Sonata; sin que eso signifique que el Sonata no se desenvuelva sin complicaciones en el tránsito urbano. No deja de resultar curioso que, con su envergadura general, la berlina coreana pueda hacer las veces de un auténtico urbanita cuando se requiera de tal condición. Precisamente la combinación del motor turbodiesel con el cambio automático es la clave para tal comportamiento con, además, unas cifras de consumo ciertamente contenidas. Salvo por una longitud de banqueta algo escasa en los asientos delanteros, el puesto de conducción invita al kilometraje , tanto por la comodidad del reglaje eléctrico de los asientos, como por un volante -aro grueso y buen diámetro- regulable en altura y profundidad. También los pedales -freno y acelerador, en este caso- están bien posicionados, lo que contribuye a la confortabilidad, al igual que el espacio disponible para las piernas. Aunque la gama del renovado Sonata contempla dos propuestas motorísticas, resulta meridianamente claro que será el turbodiesel de 150 CV, nuestra unidad de pruebas, la que se lleve el gato al agua frente al, meramente testimonial, gasolina V6 de 250 CV. El turbodiesel 2.0 CRDi es el tetracilíndrico multiválvulas ya conocido en la generación anterior del Sonata, sólo que con ciertos retoques (nuevos conductos de recirculación de gases de escape) lo que ha permitido ganar una decena de caballos suplementarios, alcanzando ahora 150 CV unidos, según apetencias , a un cambio manual de 6 velocidades o a una caja automática secuencial de 4 marchas. En el plano dinámico, este renovado Sonata ofrece un comportamiento equilibrado y con un buen compromiso eficacia/confort, aunque más bien enfocado a la comodidad de los ocupantes que las puras prestaciones; tampoco se trata, más bien al contrario, de un deportivo así que, insistimos, el compromiso es del todo correcto. En su generalidad, la gama del nuevo Sonata se declina en tres acabados para la versión diesel (Classic, Comfort y Style) y exclusivamente uno (Premium) para la motorización gasolina V6 que, además, solamente se sirve con el cambio automático. Todos ellos montan 6 airbag, alarma, elevalunas y retrovisores eléctricos, controles de tracción y estabilidad, aire acondicionado o climatizador (según acabados), equipo de sonido y navegador con pantalla táctil y, en el acabado Style, tapicería de cuero en asientos con calefacción y regulación eléctrica, además del techo solar de accionamiento eléctrico.