«He encontrado en Cuba lo que otros tienen que buscar fuera»

Había dejado cosas en La Habana y Jorge Perugorría volvió a reencontrarse con ellas. Nacido allí mismo, en 1965, el actor cubano es tan querido en España que su presencia desata curiosidades irreprimibles. Le preguntan tanto por aquella tierra, como por la película que estrena hoy, El Cuerno de la Abundancia, una comedia de Juan Carlos Tabío (también juntos en Fresa y chocolate) en la que da rienda suelta a esa mirada cinematográfica que si proviene de Cuba ha de encerrar humor, picaresca e historias próximas en las que, como el mismo Perugorría afirma, «la vida siempre sale adelante». Como en esta película que se mueve en torno a una herencia y, al final, sale casi un retrato sociológico de la Cuba actual. Perugorría vive en Cuba y espera que de una vez por todas los cambios se den en su país, como muestra de un pueblo que pide a gritos más propuestas de futuro, que tener que rendir cuentas de un pasado castrismo. Es Jorge Perugorría un actor de compromiso que lo demuestra con sus actos. -Sus trabajos en España despiertan cariño y curiosidad. ¿A qué cree que se debe? -En primer lugar, es un compromiso con lo que uno está haciendo y con lo que queda por hacer. Para los cubanos es muy importante la relación con el cine español. Yo he venido acá y he podido hacer cine español con directores españoles, pero la gran mayoría de las películas que hemos hecho allá, han sido con colaboración española. En esa relación que se da, pueden estar las razones. A través del cine recogemos ese cariño del pueblo español hacia el cubano, que es un cariño de amistad y de familia. -¿Qué le parecen los cambios que se están dando en Cuba? -Yo creo que todavía estamos esperando ver esos cambios. Como dice mi personaje en la película: «El cuartico está igualico y hay que seguir dando pedales». Todavía no hemos empezado a ver los resultados de esos cambios y las medidas que se están tomando. Yo sé que es una aspiración del pueblo cubano. Más, después de los dos huracanes que han devastado, prácticamente, la isla. Son momentos de muchas carencias y necesidades, de muchos problemas. Creo que es un momento muy oportuno para que haya una evolución de ese proceso de la revolución. Somos conscientes de que los cambios tienen que ocurrir sobre la base de lo ya hecho. Son muchas las necesidades económicas, sobre todo. Que la gente no tenga que salir de Cuba a encontrarse con sus aspiraciones. Que la gente joven tenga la posibilidad de prosperar dentro de la isla. -¿Cómo cree que reaccionará la gente cubana de aquí al ver El Cuerno de la Abundancia? -Los cubanos tenemos muchos códigos de complicidad sobre cómo somos y nos expresamos. Pienso que, sobre todo, va a ser una película divertida para nosotros. A pesar de los problemas, siempre enfrentamos la vida con mucho humor. La vida siempre sale adelante. Los cubanos, tanto de acá como de allá, van a disfrutar de la película. Aunque sea un reflejo de la realidad, no es lo mismo leerlo en la prensa, que ir y divertirte y gozarla con la película. El Cuerno de la Abundancia, además, es muy del estilo de Tabío. Es divertida, entretenida e inteligente. -Al protagonista que interpreta, lo de la herencia le sobrepasa un poco, ¿no? -Sí, porque las aspiraciones de prosperar de todo un pueblo, hacen que todo desemboque frenéticamente. Ya que su vida va a cambiar y a mejorar, reaccionan de ese modo. Pero también nos enseña que las soluciones no van a caer del cielo¿ -¿Y no dice también algo así como que la felicidad que tenemos al lado hay que atenderla? -Sí, también este personaje está a punto de perder todo lo que tenía por una aspiración. Al final, sigue con su aspiración, de ladrillito a ladrillito, tener su cuarto de intimidad con su mujer. -¿A qué aspira Perugorría? -A todo eso que decía antes. A que soy consciente de que mi pueblo necesita cambios. Y que parece que el propio Gobierno cubano ha anunciado que tiene voluntad política de hacerlos. Y, por otro lado, trato de hacer cosas reales. Ahora mismo estoy en un proyecto que se llama Arte por Cuba, donde he lanzado una convocatoria a artistas cubanos y de todo el mundo para que donen una obra y con la venta ayudar a la reconstrucción de un pueblo arrasado por el ciclón, Gibara, en donde se hace el Festival de Cine Pobre. Pienso que hay que hacer cosas concretas y no esperar a que le solucionen a uno los problemas. Hemos creado una galería online, www.arteporcuba.com, en donde puedes entrar y donar una obra o comprarla. -¿Cómo han sido todos estos años desde «Fresa y Chocolate»? -He hecho casi cuarenta películas. Y he aprendido mucho, como actor y como persona. También pienso en que hay que seguir. También puedo decir que tengo la suerte de poder vivir en mi país, porque he encontrado en Cuba lo que otros tienen que buscar fuera.