Bélgica se rinde al talento de dos artistas leoneses
La escultora berciana Elena González y el polifacético artista de madre bañezana Emilio López-Menchero gozan de la complicidad de crítica y público con la exhibición de sus últimas obras en Bélgica
Afincados en Bruselas desde hace muchos años, ambos hacen gala de la sutileza de sus creaciones en la capital del país. La primera, muestra su nuevo elenco de creaciones en la Petite Galerie, un lugar destinado a los autores más distinguidos El segundo, deja su impronta en el Palacio de Justicia, dentro del marco de la exposición Corpus Delicti , con la inclusión de la figura M el gigante . Los dos artistas, cuyas raíces leonesas se encuentran presentes en sus faenas, se han forjado un nombre en Bélgica a base del esfuerzo y la creatividad expresados en sus trabajos. Sus últimas creaciones no hacen sino justificar y clarificar la subida exponencial que ha experimentado la calidad de su arte. El país acoge gratamente estos días la fastuosidad de sus obras con todo tipo de alabanzas. Elena González, natural de San Esteban de Valdueza, aterrizó en tierras belgas hace más de 30 años y su escultura ha ido afianzándose hasta hacerse un hueco entre los grandes del país. Con un profundo carácter figurativo y ciertas líneas de abstracción, sus creaciones incluyen la feminidad como principal punto de referencia. Su obra, materializada en bronce principalmente, asume una personalidad fácilmente identificable y una fuerza visual desgarradora. Iniciada en el arte a finales de los setenta, no fue hasta principios de los noventa cuando dio rienda suelta a su producción. Comenzó su etapa creativa con la confección de figuras a base de cerámica, madera y piedra para pasarse, posteriormente, al bronce. Durante todo el mes de octubre, su obra puede verse en Bruselas en una sala cercana a la Avenida Louise. Por su parte, Emilio López-Menchero, con raíces bañezanas aunque nacido en Bélgica, desarrolla su obra profesional en torno a sus performances y sus intervenciones en el espacio urbano. En el Palacio de Justicia de Bruselas expone su M el gigante , una figura de más de tres metros de altura que despierta las reminiscencias de los gigantes y cabezudos en el imaginario leonés. El fundamento de esta creación se centra en el interés del hispano-belga por la reacción del público ante una nueva situación presentada, algo que se hace palpable a lo largo de su carrera. Cuando se sitúa bajo el gigante y comienza a mover la criatura, López-Menchero procura dirigirse a aquellos lugares a los que de otra forma le sería inaccesible su acercamiento. Su visita a una cárcel bajo las faldas del grandullón se convirtió en el cenit de su performance , por la dificultad que hubiera supuesto entrar en contacto con aquel territorio de manera convencional. En su primer día en el Palacio de Justicia de Bruselas, paseó a la figura por los pasillos del recinto ante la atónita mirada de los profesionales del Derecho allí presentes. Hasta mediados de noviembre, los asistentes podrán comprobar la magnificencia de su obra.
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Redacción