Las centrales geotérmicas instaladas producen más de 9.000 megavatios
Para su aprovechamiento eléctrico es necesaria la presencia de yacimientos de agua que ha quedado atrapada a profundidades de entre 200 y 3.000 metros y cuya temperatura llega a superar los 350 grados, aunque también puede utilizarse con menore
La geotérmica es una de las fuentes de energía renovables menos conocidas y una alternativa limpia ante el agotamiento de los combustibles fósiles. Además, es un complemento para las plantas hidroeléctricas, ofrece un flujo constante de energía, no emite gases contaminantes y requiere menos espacio que otro tipo de instalaciones energéticas. Se encuentra almacenada bajo la superficie terrestre en forma de calor y ligada a volcanes, aguas termales, fumarolas o géiseres, y su origen se debe a la desintegración de elementos radiactivos o al calor permanente que se originó en lo primeros momentos de formación de la Tierra. Para su aprovechamiento eléctrico es necesaria la presencia de yacimientos de agua (filtrada a través de las fisuras de la corteza terrestre) que ha quedado atrapada a profundidades de entre 200 y 3.000 metros, y cuya temperatura llega a superar los 350 grados, aunque también puede utilizarse con menores temperaturas. Su uso es muy variado y se puede aplicar en balnearios, calefacciones, agua caliente, generación de electricidad, procesos industriales, mineros o agrícolas y en invernaderos, para reducir el tiempo de crecimiento de crustáceos o pescados y en usos sanitarios o industriales (pasteurización de la leche). Agua caliente o vapor Entre las ventajas de este tipo de energía destaca que su flujo de producción es constante a lo largo del año, no emite ningún tipo de contaminación, no depende de variaciones estacionales (lluvia, caudal hidrológico), lo que la convierten en un complemento de las plantas hidroeléctricas y en una alternativa al vapor producido en centrales energéticas mediante fisión o quema de combustibles fósiles. Los residuos producidos son mínimos y producen menor impacto ambiental que los originados por otros combustibles. También tiene sus inconvenientes como la emisión de ácido sulfhídrico y dióxido de carbono, la contaminación térmica y del agua (arsénico, amoníaco), así como el deterioro del paisaje. Las centrales geotérmicas del planeta tienen instaladas actualmente una potencia que supera los 9.000 megavatios. Para obtener energía geotérmica se utilizan técnicas de perforación similares a las empleadas en los pozos petrolíferos pudiéndose extraer el agua en forma de vapor (si la temperatura es muy alta), líquida, o una mezcla de ambos estados. El vapor se purifica en la boca del pozo y posteriormente es trasladado hasta las turbinas que rotan y mueven un generador capaz de producir energía eléctrica. El vapor, una vez utilizado, es condensado lo que permite que la planta proporcione más potencia. El agua obtenida del condensador es enfriada en una torre y el calor obtenido es aprovechado para el funcionamiento de la central. Si lo que se obtiene es agua caliente, puede emplearse para vaporizar líquidos de bajo punto de ebullición, como el freón, que será el encargado de accionar las hélices de las turbinas. Los yacimientos geotérmicos que contienen vapor y líquido son más difíciles de explotar porque el agua transporta sales disueltas que provocan corrosiones en las instalaciones. El agua resultante del proceso puede ser reinyectada en el pozo geotérmico, además de para ser recalentada, mantener la presión y la reserva, con el fin de evitar la posible contaminación de algunos subproductos geotérmicos, ser tratada para obtener compuestos como gas carbónico, agua pesada, cloruro cálcico o ácido bórico, o bien ser utilizada para acuicultura. Las principales zonas geológicas se sitúan en el llamado Anillo de Fuego, allí donde colisionan las placas tectónicas terrestre y oceánica, que comprende los Andes, Centroamérica, Méjico, las cordilleras de EEUU y Canadá, la cordillera Aleutiana (Alaska), la Península de Kamchatka (Rusia), Japón, Filipinas, Indonesia y Nueva Zelanda. A ellas se añaden las áreas donde las placas se fragmentan como Islandia, el Atlántico medio o los valles de África. Al ser un recurso abundante en muchos países en vías de desarrollo, la energía geotérmica puede convertirse en una alternativa limpia al uso de otros tipos de combustibles más contaminantes.