Históricos a la vista...
|||| Cuidadosamente restaurados y listos para su exposición en el nuevo museo, acaban de desembarcar en las remozadas instalaciones de Stuttgart las primeras doce unidades, de las ochenta totales, que conformarán la colección histórica de Porsche. Los coches, que hasta ahora reposaban en un depósito externo (Zwingenberg am Neckar) en tareas de conservación y restauración, resultan ser algunas de las más preciadas perlas del fabricante: 356 Cabriolet, un modelo «11» original y el primer prototipo del 924. «Durante estas últimas semanas -manifiesta Klaus Bischof responsable del «Museo Rodante»- hemos restaurado y pulido cuidadosamente todos los vehículos para su utilización y exposición en el museo. Además de los coches, también podrán verse piezas y pequeños objetos históricos de Porsche. Habida cuenta que todos los vehículos del museo se utilizan también en carretera y van reemplazándose continuamente por otros, podría decirse que el nuevo museo se convierte en una «muestra interactiva», de forma que los visitantes podrán descubrir diferentes modelos de Porsche cada vez, algunos de ellos bastante poco habituales. Diseñado por Ferdinand Alexander Porsche e inicialmente presentado como «901», el nueveonce comenzó a fabricarse en 1964, coincidiendo con la victoriosa andadura deportiva del 904 Carrera GTS. Un año después aparecería la versión descapotable 911 Targa, famosa entonces por aquel anchísimo arco de seguridad por detrás de los respaldos de los asientos y que acabó por convertirse en toda una, estéticamente controvertida, seña de identidad del modelo. A finales de los sesenta (1968) el 911 T ganaba el Rallye de Montecarlo y comenzaba también a escribir una leyenda deportiva que -en los inicios de los setenta- se afianzaría, en rallyes y circuitos, con versiones tan famosas como 911 Carrera RS 2.7 (1972) o el 911 Turbo (1974) primer deportivo de serie con turbocompresor.