Diario de León

«He trabajado limpiando casas y sé lo duro que es»

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León

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|||| Proviene de una familia humilde de Brasil y no está dispuesta a perder el lujoso tren de la moda. Camila Alves, modelo y diseñadora de bolsos, es a sus 26 años una atractiva morena capaz de provocar, por la calle, más de una tortícolis. Su novio es el ex de Penélope Cruz, Matthew McConaughey. Con él tiene un bebé al que tuvo que dejar en Malibú para viajar a Barcelona, «sólo por un día». Aquí se convirtió en la estrella del espectacular desfile de Mango, donde curiosamente Mónica Cruz, desde la primera fila, le gritó un par de veces «¡Guapa!». -¿A qué edad se hizo modelo? -A los 19 años; muy tarde. -¿Por qué? -A los dieciséis me fui a vivir a Los Ángeles con mi tía Claudia para probar fortuna. Los primeros tres años tuve que trabajar limpiando casas y de camarera para poder sobrevivir, mientras esperaba mi visa como modelo. Por la noche estudiaba inglés. -¿Y cómo se le daba lo de limpiar? -Bastante bien, no crea... -Supongo que ahora no tendrá que hacerlo. -Bueno, yo agarro el trapo en cuanto puedo. Mi padre siempre me dijo que antes de convertirme en modelo, en reina o en lo que fuera, tenía que aprender a hacer muy bien las labores de la casa, porque ¿qué ocurre si de pronto te falla el servicio? Yo sé lo duro que es ese trabajo y tengo mucho respeto por la gente que lo hace. -Ser modelo es otra cosa... -Esto es una bendición. Doy gracias cada día. Y me alegra sobre todo no haber tomado el camino corto y fácil para llegar hasta aquí. -¿Corto y fácil? -Quiero decir que cuando eres jovencita y empiezas como modelo conoces todo tipo de gente y puedes hacer cosas que te allanen el camino por la vía rápida. -¿Qué clase de cosas? -De todo tipo... No voy a entrar en detalles, pero cualquiera se las puede imaginar. Proposiciones que puedes aceptar o no. Yo no las acepté. Y me alegro. -¿Qué ocurrió tras su debut? -Me fui a Nueva York, y empecé a viajar por el mundo entero: África, China, Europa... Vengo de una familia humilde y soy la primera que tiene la suerte de llevar una vida así. -¿Su infancia transcurrió en Río? -No. Me crié en Belo Horizonte. Parte de mi infancia transcurrió en una granja. -¿Y ahora dónde vive? -En Malibú. Volví a Los Ángeles. -Y tiene una familia. -He sido madre hace poco, como sabe, y estoy encantadísima. Me gusta mi nuevo papel en la vida. -A Matthew, su novio, todavía le recordamos como ex novio de Penélope Cruz. ¿La conoce? -No tengo el gusto. Pero la respeto mucho y estoy segura de que es una mujer increíble. Los españoles tienen que estar muy orgullosos de que alguien como ella les represente en todo el mundo. -¿Matthew McConaughey es tan deportista como aparenta? -Es un hombre que necesita estar al aire libre, sí. -¿Sigue con su autocaravana? -Es una Airstream preciosa. Y hemos pasado unas vacaciones estupendas con nuestro bebé, viajando por muchos rincones de Estados Unidos. -Matthew también tiene fama de juerguista... -Pero eso era cuando estaba soltero y no tenía una familia como ahora. Yo creo que uno debe vivir la vida a tope cuando es libre y aún no tiene ataduras. Además, respeto mucho la libertad de Matthew. Y él respeta mucho la mía. -¿Qué tienen en común? -Quizá nuestro sentimiento mutuo de libertad y el enorme respeto que tenemos a nuestras respectivas profesiones. Él hace sus cosas, yo hago las mías. Y nos encontramos en el medio. -¿Cómo es él como padre? -El mejor posible, de verdad. -¿Y cómo está su bebé? -Tiene cuatro meses. Se llama Levi Alves McConaughey. Yo en realidad deseaba ponerle el nombre de su papá, pero no queríamos que en el futuro le llamaran Matthew II o Matthew junior. Un día descubrimos que en la Biblia Levi es una de las formas que adopta el nombre de Matthew (Mateo). Y eso me pareció precioso. Teníamos tres opciones de nombres, pero resulta que nació... Bueno, no sé si sabe que estuve tres días de parto. -¿Tanto? -Sí, sesenta horas. -¡Qué tormento! -Fue duro. Se me pasaron todos los terribles pensamientos que se le pueden pasar por la mente a una mujer en semejante situación, pero no grité mucho. Más bien, me lo tomé de la mejor manera posible. Hablaba mentalmente con el niño para animarle a salir. Vino al mundo por la tarde, a las 6:22, y ése es justo el versículo favorito de Matthew en el Evangelio según San Mateo, así que tenía que llamarse Levi. -¿Es usted muy religiosa? -Me gusta pensar que hay alguien ahí fuera y que todo esto tiene algún sentido.

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