Crónica social de tres matrimonios gastronómicos
|||| Quizá sea pecado maridar productos de un mismo padre, no sé si será muy correcto proponer el matrimonio de unos garbanzos de Valdesaúco, con un belicoso vino de Toro, pero en este tiempo de libertades sin fin todo es posible. El padre de los novios, el original, inimitable y muy melómano, Juan Antonio Fernández Martín, factótum de Liberalia, es el responsable de la ceremonia en la que, además, se han casado unas lentejas de la Armuña, una delicada miel de tomillo y brezo y un chocolate tradicional, con sendos caldos de la estupenda bodega Liberalia. Por lo tanto las culpas, si las hubiera, para él y para el padrino de los enlaces, el dinámico Javier Carlón, jefe de restauración de El Corte Inglés. La moda de los maridajes es ya algo imparable y Juan Antonio, que ha ampliado su línea de producción acompañando a sus vinos con ricos productos de la tierra zamorana, ha querido ofrecer a los leoneses una ceremonia en la que se presentara una buena parte de su producción. Ahora llevan también la firma de la bodega, unos mantecosos garbanzos de Fuentesaúco, un aceite puro de oliva de Rendodilla del Tiétar, localidad de la provincia de Ávila, miel de tomillo y brezo de Villalpando y Sanabria, lentejas de la Armuña, Salamanca, y chocolate elaborado de forma tradicional en la misma ciudad de Toro. «Son todos productos muy seleccionados y que representan muy bien la tradición de estas tierras. Pero no pararemos ahí, tenemos otras novedades en proyecto, como una línea de vinagres de bodega que serán un sorpresa para los buenos degustadores y estamos trabajando en un vino, que sin perder las cualidades de los otros de nuestra bodega, sea bajo en alcohol, y que estará especialmente destinado a los jóvenes». Pero vayamos a la ceremonia. En primer lugar sonó la marcha nupcial para unas sabrosas lentejas de la Armuña con un sutil toque de foie, que emparentaron con el vino Cero, un tinto joven fermentado en barrica, con el que hicieron estupenda pareja. La cocina de los grandes almacenes estuvo fina en la preparación de unos contundentes garbanzos con botillo, que llevaron al altar al Cuatro, de Liberalia, un guerrillero tinto crianza, procedente de la tradicional uva Tinta de Toro. Y, finalmente, como colofón al espectacular evento, el cocinero propuso una torrija bañada en miel y una mouse de chocolate, que hicieron pareja con el vino más femenino de la bodega, el Uno, un delicioso blanco de Moscatel y Albillo, que hay quién dice que tiene aromas de melocotón, y quién asegura que huele a mandarina, hay quien pretende que sabe a flores¿ y lo cierto es que todo eso es verdad, pero que hay mucho más dentro de las estilizadas botellas que lo atesoran. Juan Antonio, que prometió que la próxima vez que visite León traerá su violín, anunció además una línea de cosmética preparada a partir de las esencias de sus mejores vinos, que «será un bombazo», e invitó a todos los asistentes a que estas navidades brinden con su espumoso Ariane, un estupendo champagne carpetovetónico que nada tiene que envidiar a los franceses.