Memorias
Estrellas absolutas del último Sicab, Jerry Hall y Ornella Muti seducen a la prensa con su inteligencia y desparpajo
|||| La noticia es que Junior ha vuelto a cantar. Pero a cantar de otra forma... No a dúo con Juan Pardo, como en los viejos tiempos, sino haciéndole los coros a una periodista que le ha escrito sus memorias; un libro en el que ha decidido contarlo y cantarlo todo.
Antonio Morales pone en marcha la moviola y de pronto cae en la cuenta de que una vez le fue infiel a su mujer, Rocío Dúrcal.
La infidelidad no parece haber sido muy grave (tal como la relata él, claro). Lo malo es que la afectada, Rocío, ya no está en este mundo para dar su propia versión, ejercer la réplica o, en el mejor de los casos, reírle las gracias a su marido. Dice Junior que ella lo sabía, porque él mismo se lo confesó. Pero, precisamente, si Rocío Dúrcal estaba al tanto de la infidelidad de su cónyuge y nunca, ni cuando ella presentó sus propias memorias a través de una revista, quiso hablar de ello, ¿no será que prefería silenciar el desagradable episodio? Dos de los tres hijos de Antonio Morales no acudieron a la presentación del nuevo libro de su padre. Él los disculpó alegando apretadas agendas, etc. Pero su ausencia sonó a desplante. De hecho, la mayor de los tres, Carmen, ha recibido esas memorias como un jarro de agua fría. Y ya ha advertido públicamente que no piensa leerlas. Esto ha dado pie a una réplica por parte de Junior en la que califica a su hija de «muy negativa».
Lo que tengan que decirse los Morales más vale que se lo digan en privado o acabarán convertidos en Pajares o Janeiros. A Junior el dolor se le comprende. Perdió el norte al enviudar y hasta se refugió en el alcohol. Sin embargo, una vez superado el mal trago, ahora podría caer en otra adicción muy buena para el bolsillo, pero igualmente perjudicial para la salud (familiar): la confesión compulsiva.