Cerca de 2.000 rumanos cumplen condena en las cárceles españolas
|||| En las cárceles españolas cumplen condena o están a la espera de juicio unos 2.000 rumanos, «una cifra baja en comparación con otras comunidades de inmigrantes», destaca Andrei Luca. «Una cifra -”agrega el diplomático-” que se mantiene constante desde hace años. Pero sí, hay una opinión negativa hacia nosotros, que tiene mucho que ver con la criminalidad que reflejan los medios de comunicación».
Desde Castellón, donde viven casi 52.000 rumanos, Angela Placsintar, presidenta de la Asociación de Inmigrantes de los Países del Este, prefiere hablar de colectivo antes que de comunidad. «No sabemos --”dice-” formar comunidades. Integración no es sólo trabajo o tener un sitio donde comer y dormir. Es algo más». Ella llegó hace diez años, en una época «en la que nuestro examen de selectividad pasaba casi exclusivamente por la limpieza de casas. Desde hace dos o tres años -”reconoce-” las cosas han empezado a cambiar y ya nos preguntan que más sabemos hacer».
Muchas mujeres rumanas siguen hoy en el servicio doméstico, pero hay también muchos otros que han logrado acceder a oficios o profesiones en las que trabajaban o para las que estudiaron en su país. Albañiles, mecánicos, electricistas, pero también médicos, abogados, pequeños empresarios... Trabajadores a los que ha pillado la crisis económica.