Es una actividad que afecta al 54 %de la población rural de la Comunidad
Castilla y León es uno de los territorios más importantes del planeta en recursos micológicos con un territorio forestal que presenta gran aptitud para el aprovechamiento de hongos silvestres comestibles entre los que se encuentran especies tan apreciadas como boletus, trufas o níscalos.
La recolección de setas implica al 54% de la población rural de la Comunidad con un potencial superior a 500.000 recolectores.
El 14% de dicha población vende el producto recolectado, estimándose, según DIEF, una capacidad para recolectar y comercializar más de 17.000 toneladas de setas en años de buena producción, con rentas directas de 65 millones de euros al año. En Castilla y León hay 36 empresas que transforman y comercializan hongos comestibles.
Ubicadas en las principales áreas productoras, son de pequeño o mediano tamaño y generan un número importante de puestos de trabajo que tienen un valor especial en las zonas rurales, ya que son ocupados por mujeres (labores de limpieza y procesado de setas) con repercusiones en la fijación de la población en áreas desfavorecidas.
Por otro lado, el 54% de los alojamientos rurales tienen clientes micoturistas, procedentes principalmente del País Vasco, Cataluña, Madrid, Comunidad Valenciana, Aragón y Navarra. Además, el 52% de los restaurantes del medio rural de Castilla y León incluyen setas silvestres en sus cartas y el 68% de ellos participarían en actividades de formación relacionadas con la gastronomía micológica.