El pollo de corral encabeza eldesfile gastronómico de La Hornera

Vivimos en un sociedad kafkiana en la que la sin razón de las máquinas patea los derechos de las personas. En la que un chip bloqueado puede producir situaciones alucinantes de las que los hombres no podemos defendernos. Nos hartamos de hablar cada día con máquinas que tienen la respuesta preconcebida grabada en su disco duro, y a las que nunca podremos convencer de nuestra verdad, de nuestros derechos, de nuestra razón, porque ellas tienen la suya y no entienden la palabra error. ¿Y en gastronomía? Pues hasta cierto punto también son las máquinas las que poco a poco se van adueñando de nuestros menús. Incuso los cocineros más sabios, populares y cotizados, se entregan con gusto a las nuevas tecnologías. Pero hay reductos en los que se conservan los sabores primigenios, las recetas que son la consecuencia de siglos de civilización, de milenios de acertar, equivocarse-¦ y enmendar el error.

En León, en el mismo centro, en la calle del Alcázar de Toledo,

La Hornera

tiene a gala dedicarse a la auténtica cocina casera. Y ello es un auténtico placer para aquellos a los que nos gusta disfrutar, al menos en alguna ocasión, de la gastronomía de siempre.

José Rodríguez es montañés y lleva al frente de este céntrico restaurante más de cuatro años. En este tiempo han sido muchos sus clientes, pero allí se guarda un especial recuerdo para uno muy especial, el ilustre periodista y querido compañero Juan Florencio Pérez García,

Chencho,

recientemente desaparecido, y a quién han dedicado una placa en uno de los rincones del establecimiento.

A

La Hornera

se puede ir a tomar un vino con una excelente tapa. Se puede ir a degustar algunas de sus estupendas raciones, mollejas, callos, pulpo-¦ También se puede disfrutar de su menú diario, tres primeros, tres segundos y tres postres para elegir por 10 euros. Los sábados y días festivos, porque los domingos cierran, el menú es un poco más especial y entonces cuesta 13 euros.

Entre las grandes especialidades de la casa están el pollo de corral, el cocido (que ponen todos los martes, con lleno a tope), la tarta de casa (flan con miga de pan), los pimientos rellenos de marisco, la lengua al cabrales-¦

Pero vamos por partes, entre los entrantes de la casa nosotros destacamos, la fabulosa Sopa de marisco, las deliciosas Setas al cabrales, el Pastel de pescado y los Espárragos y Puerros dos salsas. En la sección de raciones, que pueden servir para acompañar al vino o la caña en la barra, o para el picoteo en una comida o cena informal, hay, entre otras cosas, jijas (el picante picadillo de toda la vida), boquerones en vinagre, croquetas, revueltos según el gusto, ancas de rana y unos estupendos pimientos con ventresca.

En cuanto a los pescados, destacaremos la merluza a la cazuela estilo Hornera, la lubina a la plancha, el bacalao al ajo arriero, el rodaballo a la plancha y el suculento lenguado relleno.

La lista de las carnes la encabeza orgulloso y cantarín el pollo de corral, al que siguen el solomillo de novillo, las chuletillas de cordero, la caldereta de cordero, el lomo de la olla y los Escalopines al cabrales.

Los postres son también completamente tradicionales, entre ellos la crema de limón, la tarta de la casa, el arroz con leche y el tocinillo de cielo.

Lo dicho, que después de enfrentarse a una jornada plagada de sinsabores, disputando casi fieramente con las máquinas, o contra las máquinas, para ser más exactos, disfrutar de un oasis gastronómico sin contaminar como

La Hornera,

es una enorme satisfacción.