La dilatación-torsión gástrica en perros
Esta grave patología se presenta principalmente en perros de raza grande con tórax profundo como por ejemplo el Gran Danés o el Schnauzer gigante entre muchos otros
Es una distensión aguda del estómago que puede ir acompañada del giro del mismo sobre su eje, suponiendo esto una amenaza para el animal. Los propietarios de aquellas razas más predisponentes (San Bernardo, Setter, Doberman, Galgo, Boxer, Airedale terrier por ejemplo) deben saber las causas por las que se produce este peligroso síndrome y las medidas preventivas que se deben de tener en cuenta para evitar que esto suceda.
Dar a este tipo de perros comidas copiosas y muy pesadas, acompañado de la ingestión de mucha agua y seguidas de ejercicio intenso hace que el estómago se dilate y pierda su capacidad contráctil y por lo tanto su vaciado hacia el intestino. Puede acompañarse además de la rotación del órgano hacia el lado derecho, entre 220 y 270 grados, dando lugar a graves trastornos secundarios.
El ejercicio intenso, unido a una débil fijación de los ligamentos del estómago, hace que este rote. Aumenta la presión del órgano, que se congestiona, lo que a su vez contribuye a la acumulación de líquido. Al estar retorcido ni el líquido ni el gas pueden salir. El perro comienza a hincharse y ha querer vomitar constantemente, siendo estos vómitos improductivos. El estómago cuando rota lleva consigo a veces el bazo provocando una gran congestión a ese nivel, y al mismo tiempo se presiona la vena cava caudal y la vena porta. Todo esto conduce a un grave descenso de la presión venosa central seguida de complicaciones clínicas secundarias en diversos órganos, entre ellos el corazón, que puede sufrir isquemia miocárdica. De no actuar con rápidez puede llegar a provocar la muerte del animal en pocos minutos.
Lo más importante es saber cuales son los primeros síntomas que se observan para así recurrir urgentemente el veterinario: nerviosismo, arquean el lomo, gran salivación, intentos continuos e improductivos de vomitar, y sobre todo un gran hinchazón del abdomen que al percutir con el dedo se asemeja al sonido de un tambor.
Recomendaciones
Ofrecer varias raciones al día de comida en pequeñas cantidades, en lugar de una sola más voluminosa, procurando que el animal permanezca tranquilo durante su ingestión. No hay que dejarles que beban mucha agua después de comer. Si conviven varios perros, separarlos a la hora de servirles la ración. Debemos restringir el ejercicio físico intenso antes y después de las comidas y evitar alimentar al perro a última hora de la noche, ya que es frecuente encontrarle muerto por la mañana debido a que el proceso aconteció de madrugada.
La tasa de mortalidad es muy elevada incluso en los animales tratados y puede ocurrir a cualquier edad, aunque es más frecuente en los de edad media o avanzada. Puede que tenga lugar una dilatación con timpanismo y no llegue a producirse torsión, en este caso el pronóstico será más favorable.
El tratamiento médico está encaminado a estabilizar al animal y en ocasiones es necesario recurrir a una intervención quirúrgica para recolocar y fijar (gastropexia) el estómago en su correcta posición, de esta manera disminuiran en gran medida las posibilidades de que vuelva a suceder.