Los Cardiacos: ídolos de los 80
|||| Kike Jiménez y Carlos Suárez, los líderes naturales de Los Cardiacos, fueron nuestros particulares Lennon y McCartney. Kike era activista e intelectual y Carlos cantaba y tocaba muy bien desde el principio y era, además, algo así como el guapo del grupo. Eran caracteres dispares y complementarios y, mientras el primero podía leerse a Marx, el segundo daba clases de guitarra a alumnos despistados.Luego llegaron los tiempos del grupo y las horas de ensayo en las que parecía que todo era posible.
Los Cardiacos, además de dejar para la posteridad una importante colección de canciones, que los de su generación, la previa y las posteriores aún recuerdan, dejaron el poso de esos grupos que se convierten en banda sonora de un momento. Nadie ha de indignarse si se piensa que ellos han sido el grupo más trascendente de la escena leonesa. Porque crearon escuela y a su cola surgieron multitud de bandas. Es justo decir que Los Flechazos les ganaron en importancia y trayectoria, y que, desde otro prisma, incluso se diría que género, Café Quijano han sido más famosos. Pero Los Cardiacos, ahora que cumplen treinta años, forman parte de nuestras vidas y, en conjunto, para volver al principio, con ellos podíamos sentirnos más cerca de The Clash, Madness, Burning, The Kinks o, por qué no, David Bowie. Porque Los Cardiacos fueron nuestros ídolos de los 80.