Diario de León

Solidaridad anticrisis en la orilla derecha del Bernesga

Los hosteleros colaboran con la ciudadanía con unos menús del día de precios bajos

Arriba, la fachada de la Taberna del Camino de Santiago. Saturio Cadenas Cardo, del Restaurante Doña

Arriba, la fachada de la Taberna del Camino de Santiago. Saturio Cadenas Cardo, del Restaurante Doña

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León

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|||| Los alrededores del Crucero y el Barrio de la Sal, son eminentemente obreros y en estos tiempos también cobijo de emigrantes de las más dispares nacionalidades. Son tierra abonada para que sus habitantes sufran tremendamente los efectos de la crisis económica que por culpa de unos financieros tramposos y unos constructores compulsivos, vive el país.

El paro es la terrible sombra que planea por las calles y plazas de este barrio leonés, y los hosteleros de la zona, un poco por ayudar y un poco por que la crisis no clave también en ellos sus poderosas garras, han decidido bajar los precios de sus menús, hasta conseguir que los habitantes de la zona se puedan permitir algún día el lujo de comer fuera de casa-¦ o simplemente de comer.

Dos de estos establecimientos destacan poderosamente por esta iniciativa: el restaurante y sidrería Doña Constanza y La Taberna del Camino de Santiago.

En el Camino de Santiago ofrecen el menú más barato de la ciudad, con diferencia. Son cinco euros, ni uno más ni uno menos, lo que cuestan dos platos, un postre, el pan y el agua correspondiente.

Y no se crean que por este precio no se ofrecen suculentos bocados, que el menú es de lo más apetitoso, por ejemplo: Patatas con calamares y entrecot, o potaje de garbanzos y lomo a la plancha, o lentejas guisadas y churrasco. Además, naturalmente, del correspondiente postre de la casa. Hay que hacer muchos equilibrios para conseguir comer en casa por ese dinero.

Pero hay más, por las mañanas en la Taberna del Camino de Santiago, con el poderoso y costoso Hostal de San Marcos a tiro de piedra, se ofrece con el desayuno el regalo de una barra de pan. La vida está achuchada pero con estos precios se puede ir viviendo.

Otra oferta, un poco más rumbosa y también un poco más cara, es la del restaurante Doña Constanza. Aquí el precio del menú es de 7,50 euros, pero en cambio ofrece la posibilidad de elegir el menú entre tres primeros y tres segundos y en la oferta, además del postre y el agua, también brindan la posibilidad a sus clientes de comer con vino. Dice Satu que «aquí hay que amoldarse a los tiempos. En los días de abundancia todos habíamos subido los precios, pero cuando ha llegado la crisis hemos tenido que volver al pasado, muy atrás, ofreciendo unos precios que la gente pueda pagar. El menú de nuestra casa está formados por unos primeros, que normalmente son platos de cuchara, y unos segundos variados, carne, pescado-¦ yo creo que los que se animan a venir a comer quedan muy satisfechos. Lo digo porque, normalmente, repiten una y otra vez».

En el Doña Constanza, hay tradición desde siempre, desde mucho antes de que se pusiera a su frente Saturio, de tener buen marisco, por eso no sorprende demasiado que en el menú de los domingos, al precio también especial de 12 euros, el primer plato estrella sea un espléndido arroz con bogavante. «Es el plato emblemático del fin de semana, junto al cordero asado. Los domingos tenemos el comedor lleno», dice Saturio.

Y aún hay otro lugar con grandes ideas para estos tiempos de bolsillos vacíos, es la cafetería Longa, donde ofertan el «mejor café de España al mejor precio», el precio es de 0,85 euros, más o menos el que le gusta pagar a Zapatero. Y si el cliente quiere sobaos o magdalenas, a 0,10 la pieza.

Pero quizá lo más espectacular de la Cafetería Longa, en la glorieta de Pinilla, sean sus tapas, con un vino o un corto ponen al parroquiano un plato, casi una fuente, con medio huevo cocido, unos garbanzos con callos, un sándwich y unas patas ali-oli. Con dos vinos, si uno tiene la precaución de llevarse de casa un currusco de pan, puede hacer una comida presentable y rematarla con un café de 0,85. Pero no le hagamos mucha propaganda porque esta cafetería no es demasiado espaciosa y está siempre llena a rebosar de clientes. De seguir así su dueño tendrá que buscar un local más grande.

Esperemos que el ejemplo cunda, porque según los ministros infelizmente reinantes y la oposición ferozmente catastrofista, hay crisis para rato y todos los intentos por ayudar a superarla, son bien recibidos.

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