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Frontera entre Aitor y Laura

Dos mentalidades tan opuestas como el norte y el sur provocaron la atracción y ahora la ruptura entre la modelo y el futbolista vasco

Publicado por
León

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|||| No es imposible que el norte y el sur se besen. Ocurre, como dice el chiste, cuando doblamos un mapa. Aitor Ocio, vitoriano, y Laura Sánchez, de Huelva, se enamoraron por lo que tenían en común y también seguramente por todas esas cosas que les hacían distintos. «Es él. Con éste lo tengo clarísimo», les confesaba Laura, emocionada, a sus íntimos desde los primeros meses de relación con Aitor. Y durante varios años, casi cinco, han formado una pareja con fama de compenetrada. Pero, tras varios meses soportando el rumor de una ruptura, Laura y Aitor han acabado confirmando lo que evocan los tatuajes que lleva él repartidos por el cuerpo: «Nada es para siempre».

No existen terceras personas. Es lo que aseguran de uno y de otro lado los amigos de la modelo y del futbolista. La separación, según se han esforzado en recalcar sus protagonistas, es de mutuo acuerdo, y la relación entre ambos continúa siendo «maravillosa», tal como la ha definido la propia Laura, seguramente empeñada en suavizar las cosas de cara a la pequeña Naia, la preciosa hija de dos años y medio que tiene en común con Aitor.

Pero es evidente que algo ha fallado y que el motivo es suficientemente grave como para descartar una posible reconciliación. Laura, ahora mismo, la rechaza de plano. Y eso que aún, como ella dice, «no hemos empezado con los papeles». Papeles que no serán de divorcio, porque nunca se casaron. Y es que la bella top-model que soñaba con casarse con un vestido «de encaje ligero» y en Huelva topó con un futbolista que no pensaba pasar por el altar ni de penalti, pues como él mismo ha declarado: «No creo en el matrimonio ni en la Iglesia». Si hacemos caso a quienes les conocen bien, aquí no ha habido una fisura entre yin y yang, sino entre el norte y el sur. Aitor, de 32 años, es un vasco muy de su tierra y Laura, de 27, es, según la definen sus amigos, «pura Andalucía». Ella adora el «relajo y el cachondeíto» de Sevilla. Le van las noches de flamenquito y el reírse de la luna hasta que despunta el sol. Y el jugador del Athletic, en cambio, tiene una mentalidad más norteña. «Si quedamos a las dos, Aitor me advierte: Pero a las dos de Vitoria, Laura, no a las dos de Sevilla», contaba una vez la modelo partiéndose de risa.

Entonces, hacía poco que habían comenzado su relación y Laura estaba encandilada. Sevilla, donde el futbolista jugaba por esa época, fue el escenario perfecto para el romance. Ella además siempre estuvo muy segura de Aitor. Si alguien le comentaba alarmado: «Laura, que tu novio lleva un tatuaje que significa que nada es para siempre», ella respondía con una de sus amplias sonrisas a lo Julia Roberts -su actriz favorita- y le quitaba importancia diciendo: «Ya me encargaré yo de demostrarle lo contrario».