Térmicas sin chimeneas que almacenanel CO21397124194
|||| En las centrales térmicas más antiguas, se quema el carbón para calentar el agua y transformarla en vapor que pone en movimiento las turbinas llegando, en ocasiones, a obtener menos de un 40% de rendimiento del combustible. Las de ciclo combinado oxidan el carbón en un gasificador y luego emplean turbinas capaces de conseguir el 50% del aprovechamiento energético.
En las de última generación, carbón, agua y oxígeno se calientan al ser sometidos a altas presiones obteniéndose una mezcla de hidrógeno y monóxido de carbono (gas de síntesis o singas) que se hace reaccionar con vapor de agua obteniéndose un gas rico en hidrógeno que se quema para producir energía eléctrica.
Las nuevas tecnologías se encaminan hacia térmicas carentes de chimeneas como la estadounidense FutureGen, que se espera entre en funcionamiento en cuatro años, que además de optimizar el carbón, eliminará el CO2 «secuestrándolo» y almacenándolo a gran profundidad en acuíferos salinos o en yacimientos agotados de petróleo y gas.
La UE, por su parte, quiere que todas las centrales térmicas de carbón dispongan a partir de 2020 de mecanismos de captura y almacenaje de CO2, y tiene prevista la construcción de una decena de plantas de demostración de tecnologías limpias del carbón.
Mientras los defensores aseguran que el problema de contaminación desaparecerá con las nuevas tecnologías, sus detractores recuerdan que están empezando a desarrollarse y que sus supuestas bondades medioambientales no son reales.