El problema del cormorán en los ríos de León

|||| El cormorán (Phalacrocorax carbo) es un ave inconfundible por su tamaño (hasta 90 cm), aspecto y color negro con la garganta blanca.

Hasta hace unos años, su observación en la provincia de León se limitaba a ríos profundos, pantanos y humedales ricos en peces. Pero en la actualidad su presencia origina desavenencias debido al aumento poblacional, no gradual, constatado por los censos llevados a cabo en la provincia por los Agentes Medioambientales del Servicio Territorial de Medio Ambiente de León. Las causas de este crecimiento desmedido son múltiples y la solución a los problemas ambientales que la sobrepoblación de la especie causa, pasan por su estudio a nivel autonómico, nacional y europeo.

Diversos colectivos de pesca, se han alarmado por esta situación y han solicitado en diversas ocasiones la intervención administrativa. La veracidad de sus observaciones respecto a la presión sobre las poblaciones piscícolas se puede constatar fehacientemente, ya que se ha determinado mediante necropsia que cada ejemplar puede consumir de 0,3 a 0,5 kg de pescado diario.

Aunque de este dato hay que aclarar que la predación no es exclusiva sobre la trucha, la especie más valorada por los pescadores en la provincia de León, consumiendo distintas especies de ciprínidos y salmónidos. Pero se puede señalar la incidencia sobre la trucha al coincidir la llegada masiva de cormoranes con su época de la freza, cuando esta se concentra para la reproducción y resulta más vulnerable.

No obstante, la necesidad de proteger el delicado equilibrio del ecosistema acuático, no permitiendo que se diezmen las poblaciones piscícolas y se desplacen las especies más propias y típicas como nutrias o garzas, son justificantes del control selectivo de ejemplares.

Como caso particular, los Agentes Medioambientales han observado bandos de hasta 40 cormoranes alimentándose en zonas de El Bierzo.

En algún momento se ha llegado a insinuar por personas y colectivos externos a la administración la inclusión del cormorán como especie cinegética como posible solución. En la actualidad el control se esta ejecutando por los agentes medioambientales de una manera profesional, enviando los ejemplares capturados para la realización de la necropsia y estudio por personal cualificado para ello del Servicio Territorial, siempre desde una perspectiva proteccionista con criterios racionales, que no supongan en ningún momento la exterminación de esta especie de la que, si bien es más propia de la costa que del interior, no puede olvidarse su carácter migratorio. Por otro lado, su control se realiza en los ríos, zonas en las que la acción de cazar entraría en contradicción con las zonas de seguridad que la legislación prevé para estos espacios de uso público, además de otros daños, amenazas y las molestias que se causarían a otras especies en un ecosistema de por sí muy delicado.

En definitiva desde Apafle, en un caso que genera tantas controversias y opiniones como este, se busca una gestión con base en el máximo conocimiento posible del problema que se intenta solucionar y en la que prime, como principio de toda intervención de la administración, la defensa del interés general, la protección del Medio Ambiente, el equilibrio del ecosistema y todo con el patrocinio de la legislación establecida.