Diario de León

Suzuki Alto, urbanita de altos vuelos

Por mecánica, precio y utilitaria practicidad, el Alto confirma a Suzuki como uno de los grandes especialistas en vehículos urbanos. Producido en la factoría india de Maruti y «alma mater» del Nissan Pixo, el Alto desembarca en &laq

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León

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|||| Sin impuesto de matriculación. Si el Swift (2004) y el Splash (2007) marcaron pautas, el Alto sigue una pauta de tercera alternativa y enfoque claramente urbano, además de una tarifa ciertamente contenida.

Con el marchamo de ser el «constructor clónico» del Nissan Pixo, también uno de los modelos más baratos del mercado y de los que menos gasta, el Alto se configura en arquitectura cinco puertas y cuatro plazas; tres metros y medio de largo y 1,60 de ancho y su diámetro de giro (9 metros) propicia una excelente agilidad ciudadana.

Con la sencillez por bandera (sólo una carrocería y un motor) el Alto lleva una treintena de años en el mercado matriz japonés como indiscutible líder de ventas entre los puros urbanitas .

Una sencillez que se traduce en la ausencia de elementos superfluos: minimalista cuadro de instrumentos (velocímetro y nivel de carburante), ventanillas traseras con apertura de compás, guantera sin tapa y ninguna versión montará en España llantas de aleación (el lujoso acabado GLX sí las monta).

Nada de lo dicho significa que Suzuki haya dejado de lado la seguridad. Desde su nivel de acceso (GA, 6.995 euros) el Alto monta de serie frenos con ABS, repartidor electrónico de frenada EBD y servo de emergencia, airbag frontales (conductor y acompañante), dirección asistida, anclajes Isofix para sillas infantiles en las dos plazas traseras, cuatro reposacabezas y cinturones delanteros con pretensor y limitador de esfuerzo (avisador acústico en el del conductor).

El siguiente escalón de gama (GL, 7.995 euros) añade los airbag laterales, además de otros elementos se diría inusuales para su precio, como los elevalunas eléctricos delanteros, el cierre centralizado con mando a distancia y radio con CD y MP3.

Suzuki propone además el «Safety Pack», exclusivamente asociado al acabado GL, que comporta ESP, faros antiniebla y airbag de cortina para las dos filas de asientos (8.910 euros) y, para que nada falte, hasta un cambio automático de 4 relaciones (10.410 euros).

Motor único

Suki aloja en el vano frontal del Alto un tricilíndrico de un litro de cilindrada y 68 CV, que resulta ser todo un prodigio de elasticidad -”perfecto para la ciudad-” y entrega constante de potencia. Sin contamos que la tal mecánica tiene que mover menos de una tonelada de coche (930 kilos, incluso algo menos en la versión básica-básica) resulta fácil concluir que tampoco se encontrará con mayores problemas para movilizar el Alto sin mayores problemas.

Y lo mejor: 4,4 litros de consumo medio y 103 g/km de emisiones CO2; es decir, unas homologaciones «de libro» para los tiempos que corren que, además, tampoco impiden al Alto desenvolverse sin complejos en recorridos interurbanos (vías rápidas, autovías o autopistas «planas»). En trazados más revirados, como fácilmente puede suponerse, habrá que echar mano -”más frecuentemente-” de la palanca de cambios.

Aunque, ya se ha dicho, la filosofía del Alto es la de un coche eminentemente urbano, y ahí... cumple a las mil maravillas, incluso por encima de lo que indican sus teóricas cifras.

Por cierto, el estudio -“y realización- aerodinámico llevado a cabo por los técnicos nipones resulta ser una de las claves de esos contenidos consumos: un Cx de 0,30; se diría sorprendente para un vehículo de las dimensiones de nuestro protagonista.

La capacidad del maletero oscila entre 129 y 774 litros, justos aunque suficientes para un modelo de estas características, por mucho, eso también, que el respaldo de las plazas trasera solamente pueda abatirse completo y no por partes, lo que propiciaría mayores posibilidades de carga. Pero no es el caso y, repetimos, el precio de compra trae aparejados ciertos peajes que, dicho sea de paso, se pagan de buen grado.

En consecuencia, Suzuki hace frente a las situaciones de un mercado que no está para alegrías con una propuesta tan sencilla como efectiva. El Alto es de esos coches en los que «hay que montarse» para apreciar toda su practicidad y buenas maneras urbanas. Una perla ... para una crisis.

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