Diario de León

«No descartamos mudarnos a Miami»

Mireia Verdú, Matilde Anglada y la hermana de Laetitia Casta se rebelan contra la dictadura de las tallas pequeñas

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|||| Mantener la línea sin pasar hambre, la cuadratura del círculo, es posible según Paula Echevarría. La actriz, junto al cocinero Mario Sandoval, presentó el martes en Madrid el nuevo Plan Personalizado 15 días Special K, que propone afrontar la operación bikini comiendo cereales. Pero, además de los kilos, hay algo que a la esposa de David Bustamante le gustaría de verdad mantener a raya: la prensa. Especialmente, en lo que respecta a su hija.

-”¿Es amiga de hacer dieta?

-”No. Y además lo de Special K no es una dieta. Se trata de mantener la línea comiendo rico, sano, y a tus horas.

-”¿Es usted de buen saque?

-”Sí. Pero también soy bastante disciplinada y suelo comer, desayunar y cenar siempre a la misma hora. En mi casa hay un horario y, salvo excepciones, lo cumplimos. La comida para nosotros es un momento de reunión familiar.

-”Usted, David, la niña...

-”Y mis padres o los de David, que están a menudo en casa.

-”Tuvo a Daniela hace nueve meses.

-”Ocho y medio largos. Y en el embarazo cogí 21 kilos. Pero en todo momento fui consciente de que mi cuerpo estaba cambiando por un embarazo. No es que de repente Paula se pusiera como una foca por comer bollería. Al contrario, me dio por comer muy sano. Pero retuve muchísimos líquidos. Di a luz el 17 de agosto. Me pasé el verano en Madrid, a 40 grados. Bebía agua como una cosaca y no la eliminaba. Fue duro.

-”David, que le canta a todo, ¿cantaba a sus kilos de más?

-”Me decía que estaba guapísima. Si ha habido un apoyo en ese embarazo para que yo no me sintiera como un zepelín fue David.

-”Un hombre así conviene.

-”Ya lo creo. En todo caso, no fui la típica embarazada de «Ay, qué fea y qué gorda me veo». Lo peor es que de tan hinchada como estaba no me entraba ningún zapato.

-”¿Buscó un entrenador personal?

-”Yo había hecho muchísimo deporte antes del embarazo. Y quien tuvo retuvo. Así que a los veinte días justos de dar a luz cogí un entrenador personal y todo lo que había hecho antes estaba ahí. Además, como todo era líquido, los primeros quince kilos los perdí en quince días. Los demás los he ido bajando a lo largo de estos meses sin obsesionarme ni hacer dieta.

-”Pero haciendo ejercicio.

-”No. El gimnasio lo dejé a los dos meses. Ahora mi ejercicio se llama Daniela. La bajo al suelo para el taca-taca, la cojo en brazos...

-”¿Cuánto ha crecido Daniela?

-”Increíble. Está grande, guapa, superalegre, muy simpática y feliz.

-”¿Y cómo ha crecido usted?

-”Pues como todas las madres. Hay un chip que se te enciende y ya no se te vuelve a apagar nunca más. Vives por y para ella. Aunque por supuesto tampoco te puedes abandonar. Por respeto a ti misma y a tu pareja.

-”Hay hombres que se sienten desplazados por los hijos.

-”David no se queja, porque tanto él como yo hemos pasado estos ocho meses pegados a Daniela.

-”¿No delegan?

-”Hace poco nos fuimos un fin de semana solos. Pero la dejamos siempre con sus abuelos. Los padres de David o los míos. Ellos lo están deseando. En vez de darles una carga les estamos damos un regalo.

-”Enseñaron una vez a Daniela en una revista, ¿lo volverían a hacer?

-”No, no. Pero fíjese que no me preocupa tanto que se le vea la cara un día como el que la niña tenga que vivir bajo la presión de un seguimiento continuo.

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