Diario de León

«Prefiero que la gente vea las películas en el cine»

Viggo Mortensen | «Los gobiernos tienen como propósito más importante permanecer en el poder. Pero ¿qué más cosas hacen?»

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|||| El actor norteamericano estrenó este viernes Good, una visión periférica sobre la temática nazi. Al margen de sus proyectos profesionales, conserva a León en su horizonte y promete que pronto estará en estas tierras. «Volveré a León. Por supuesto. Me acuerdo mucho de aquella tierra. En cuanto pueda, seguro que iré. ¿Conoces a Miguel Ángel Nepomuceno? Dale un abrazo». Uno se siente como en un ¿puedo saludar?, pero quien está al otro lado del teléfono es una estrella, si quisiera aún más, del mismísimo Hollywood.

No van por ahí los tiros de Viggo Mortensen, actor universal, admirado, respetado y que alimenta con fruición su independencia artística. Y su profesionalidad, porque cuando Mortensen está de promoción, está de promoción y punto. Salvo cuando sale León a la palestra y, entonces sí, hace un paréntesis en su discurso, que gira siempre en torno a Good, su última película. Good es un retrato periférico de la vida en la Alemania nazi, en el que la culpa sobrevuela toda la historia.

Y es, para mérito del actor norteamericano, una demostración de que es posible otro cine. Y, también, un intento de situar en la cartelera un proyecto que pretende destacar desde la pureza. No hay ni marketing ni tiempo para grandes dispendios.

Viggo Mortensen (Manhattan, 1958) es un ciudadano americano con aspecto nórdico y acento argentino si habla en español. Un tipo pausado. Pero si hablamos del Mortensen actor aún resulta más poliédrico: sus personajes no pasan de largo y ha hecho célebres a su Aragorn, en El señor de los anillos, deslumbrado con su trabajo en Una historia de violencia y Promesas del Este, y asombrado con su personal e intransferible Alatriste, que convenció hasta a su autor literario, Arturo Pérez-Reverte, que eso ya es para nota. Estos trabajos son sólo una muestra reciente de una sólida carrera de cincuenta películas en las que ha compartido rodaje con los grandes de Hollywood. Pero él no es uno más en el show mediático. Ni siquiera participa más allá de lo necesario.

Mortensen es un tipo especial. Editor, con su Perceval Press, viajero que busca las fuentes de sus personajes, músico, futbolero-¦ El actor se convierte en un hombre amable. Y se ve que, en la medida de sus posibilidades y de su apretada agenda, cuando promociona una película lo hace hasta las últimas consecuencias.

Pero, al margen de la película, el actor, que pasó largas temporadas en León para preparar su papel de Alatriste y quedó marcado por estas tierras, a las que ha promocionado de las formas más variopintas, es un hombre de compromiso y deja varias pinceladas. Y lo hace con su principal herramienta: la sutileza. Por ejemplo, deja claro que el cine es para verlo en las salas de cine. Y, también, profundiza en el papel del ciudadano y de los gobernantes, en una forma de acentuar que estar en el mundo requiere un sobreesfuerzo.

Y lo que ahora toca es Good, dirigida por Vicente Amorim, una película que él define como proyecto pequeñito en cuanto a presupuesto, pero enorme en lo que respecta a lo que allí se quiere contar. El pretexto es la Alemania nazi y las vidas normales que tuvieron que someterse a un destino común.

Hay mucho de toque de atención. Del sentimiento de culpa y la renuncia a los principios éticos y básicos del individuo. Y Viggo Mortensen se encarga de representar al profesor John Halder. Lo borda. Deja ya para la historia escenas como la que sucede cuando se viste el uniforme nazi. Demuestra que es el actor que explora, que viaja a las fuentes para, como él dice, contar este cuento.

-”¿Cómo le llega este complejo papel de profesor en la Alemania nazi?

-”Es una película basada en una obra de teatro, Good, que yo conocí en la década de los años 80, cuando comenzaba a ser actor o a intentar serlo. Es un cuento muy bien escrito y un desafío interesante porque lo conocí al emprender mi carrera de actor, hace 25 años, y me llega ahora. Había visto entonces la obra de teatro y me había interesado.

-”¿Y qué? ¿Ya ha conseguido lo de ser buen actor?

Hay días en los que creo que soy un buen actor-¦ Pero de lo que se trata es de no creérselo demasiado. Cuando creemos que lo hemos solucionado, ocurre algo que te hace volver a necesitar poner todos los sentidos.

-”De vuelta a Good, ¿le interesan más estos proyectos cercanos, alejados de los grandes montajes?

-”Es una película pequeña pero muy sutil. Sin grandes recursos económicos. Que no tiene ni personajes ni momentos extraordinarios, pero que puede resultar incómoda.

En el género de cine nazi siempre ha habido personajes extraordinarios o una catarsis con una conclusión dramática.

Aquí, en este cuento, no ocurre, sino que se plantea como cosas que pasan en un ambiente de aparente normalidad. Lo que resulta es que todos tienen que ver con todo lo que pasa, aunque se sientan ajenos e inocentes. Por eso digo que puede resultar incómoda para algunas gentes.

-”¿Ya tiene constancia de esa incomodidad que puede provocar Good?

-”Sí. En algunos países ya ha creado esa sensación. Porque, con Pinochet, con Franco o en la dictadura argentina, o en los últimos años en EE. UU., los que hablaban mal de aquellos momentos, algunos fueron cómplices.

-”Se refiere a cómplices pasivos, ¿no?

-”Un país, una nación, una pareja o un matrimonio son sólo conceptos. Son procesos que para tomar su forma dependen del aporte de cada individuo. Lo que es España, por ejemplo, tiene que ver con las decisiones que toma la gente cada día y en cada momento.

-”¿Qué cree, que debe haber un compromiso colectivo mayor?

-”Lo que uno decide es importante aunque sea, o se crea, que es una pequeña parte. Por otro lado, los gobiernos tienen como propósito más importante permanecer en el poder. Eso no es malo, pero, además, ¿qué más cosas hacen?

-”¿Y su personaje renuncia a ese compromiso personal y colectivo o es víctima de los acontecimientos?

-”Por eso es interesante este cuento. Porque no juzga a este profesor, sino que lo presenta como parte de lo que pasaba en ese momento sin recurrir a acontecimientos extraordinarios. Él se da cuenta de lo que ocurre.

-”Hay un gran momento que es cuando se viste el uniforme frente al espejo-¦

-”Sí, fue una escena que me resultó difícil, compleja y que trabajé mucho porque representaba gran parte de la historia.

-”Ahora queda que la gente vaya al cine. ¿De ahí viene su empeño en promocionar a toda costa esta película?

-”Hay que hacer un esfuerzo para que no se pierda la película. Prefiero que la gente vea las películas en el cine.

-”Aunque el público decide, usted siempre acapara atención. ¿Cuál es el secreto de su éxito?

-”Nunca se sabe. Hay que tener suerte. Si alguien lo supiera sería un genio. Y todos los que hacen cine lo contratarían.

-”¿Para cuándo le veremos por León?

-”Pronto estaré en León. En cuanto tenga unos días libres seguro que iré por allí. Tengo muchas ganas de ir. Dé recuerdos a toda esa gente.

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