Plan
Ha sido volver a la hostelería y venirse arriba. Julián Muñoz se ha reencontrado a sí mismo como encargado de un chiringuito, que por suerte para todos los contribuyentes de Marbella es gastronómico y no financiero. Con el sueldo que va a percibir no va a pasar de mileurista, pero él está que lo tira. Y, francamente, tanto entusiasmo ante un trabajo duro y no muy bien remunerado me hace sospechar. A ver si Cachuli va a tener algún infalible plan para sacarse un sobresueldo... Bueno, mientras sólo sea de las propinas, todo en orden.
En lo que sí tiene un plan el ex alcalde es en lo sentimental, terreno que por lo visto domina pues demuestra una locuacidad y una tendencia a la confesión que ya la hubieran querido ver en su día los fiscales. En realidad, lo de Muñoz es normal. Cualquier hombre que se plante ante un juez responde mucho antes a la pregunta ¿Quieres a esta mujer por esposa? que a ¿dónde está el dinero?
El plan de Julián es reconquistar a Isabel Pantoja, pues sigue enamorado de ella. El amor es, como decía aquél, adialéctico y, por ende, imprevisible, así que mejor no hacer pronósticos. Pero desde fuera se diría que lo de Muñoz es el típico caso del enamorado no correspondido, el novio unilateral, el amante por su cuenta. Me da que Pantoja ha decidido de manera irrevocable borrar a Julián del mapa para salvar su nombre y su carrera (que ella es una artista y se debe a su público). Cuenta Julián en ¡Hola! que Isabel «tiene una piel que huele a misterio» y que «cuando está tumbada es la mujer de las mil expresiones». En fin, al margen de las mil interpretaciones a que pueda dar lugar semejante indiscreción, dudo que vuelva a ver tumbada a Pantoja, como no sea en alguna hamaca playera cercana a su chiringuito.