En el nombre de María

Es como si estuviéramos atravesando un campo de minas». No. María José Suárez no se refería a su relación con Feliciano López, sino a algo mucho más serio y destructivo: el cáncer. «De momento, ni a mí ni a mi familia nos ha tocado. Pero nadie puede decir que esté a salvo», explicó la Miss España. María José y el cantante canario David Ascanio participaron el jueves, en Madrid, en un acto solidario que curiosamente unía salud y motor; extraña pareja. O al menos bastante menos fotogénica que la que formaban Ascanio y Suárez, ambos por cierto, solteros y sin ningún compromiso a la vista.

Se trataba de presentar un nuevo modelo de Lancia, concretamente el Musa María García Estrada, el primer vehículo que tiene nombre y apellidos y que, según sus autores, «viene con solidaridad de serie», porque por cada unidad vendida se destinarán 500 euros para ayudar a la Fundación María García Estrada en la investigación del sarcoma. La fundación lleva el nombre de una golfista canaria que murió con sólo 24 años, en el 2005, por culpa de ese tipo de tumor. «María era tinerfeña, como yo -”recordó Ascanio-” y fue campeona del mundo de golf en la categoría infantil. No tuve la suerte de conocerla, pero he hablado con sus padres y ellos me han contado lo valiente y lo luchadora que fue.

Así que me he prestado a todo, a promocionar este coche, a componer una canción en su memoria y a posar en un calendario».

Amores. El cantante, de 33 años, sabe de lo que habla. Su madre murió, víctima del cáncer, cuando él tenía 19. «Y lo pasé fatal. Le compuse una canción, titulada Besos de papel . Ella aún vivía, y esa Navidad se la entregué en una cajita de regalo. Pero todavía hoy no puedo cantarla, un nudo en la garganta me lo impide». Ascanio compone desde los catorce años. No. Ascanio no tiene nada con Chenoa. Ni con ella ni con nadie, al menos en serio. «Soy bastante ligoncete», reconoció el cantante. «En mi caso -”contó María José-” estoy disfrutando de una soledad que no conocía. He tenido novio siempre. Desde los 14 años no he estado ni una semana sola. Ahora llevo ocho meses y, aunque al principio fue duro, le estoy cogiendo gusto. Tampoco puedo decir que haya tenido grandes ofertas... No sé si es que no hay candidatos o que yo voy demasiado a mi bola».