«No hay quien pueda conmigo»
Irrumpe en el elegante lobby del hotel con un cierto aire saltarín, casi adolescente. Es Concha Velasco, gran actriz, y seguramente una de las septuagenarias (a finales de noviembre cumplirá 70) más jóvenes de este país. «Mi buen aspecto es genético, por parte de padre», dice como justificándose. Pero hay algo más. A pesar de los pesares (su tortuosa separación matrimonial, las deudas, la soledad...) Velasco, que ahora interpreta en el Teatro Goya de Barcelona La vida por delante , se las ha ingeniado para llegar hasta aquí sin perder esa mirada de alegría.
-”¿De verdad pensó que la medalla era una broma?
-”Me llamó el ministro y creí que era un imitador. Como ahora los hay tan buenos... Y lo mismo me pasó hace años, cuando me otorgaron la de Bellas Artes. Pensé: -˜¿Por qué a mí?-™
-”¡Qué modesta!
-”Es que yo sólo soy diva en el escenario. Ahí no he llegado nunca tarde, ni he suspendido. Bueno, suspendí una vez y me echaron. Fue hace cuatro años, en la tele. Es que me dio una especie de ataque de ansiedad por un disgusto.
-”¿Se estaba separando?
-”Sí, sí. Y además había perdido mi casa de La Moraleja. Y el día anterior habían llegado unos señores argentinos a decirme: -˜¿Vos sabés que en quince días tenés que desalojar este piso?-™ Ja, ja, ja... Ahora puedo reírme, pero entonces acabé en el hospital.
-”Hay quien dice que la medalla se la dan por socialista.
-”Lo sé. Y me duele, porque todos tenemos derecho a defender una ideología. Me preocupa que en este momento haya un enfrentamiento político tan grande. A mí me premiaron con Franco y no me avergüenza. Soy hija de maestra republicana y de militar franquista.
-”Es usted muy transparente. ¿Nunca se arrepiente?
-”Constantemente. Por ejemplo, cuando lea su entrevista. Pero es que no lo puedo evitar. Mis hijos me dicen: -˜Di lo que te dé la gana, mamá. Y no te arrepientas, que nadie te ha regalado nada-™.
-”¿Qué le atrajo de -˜La vida por delante-™?
-”Todo. La elegí yo y quise que me dirigiera Josep María Pou. Me interesaba el personaje.