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El miedo frentea los cohetes

Las fiestas del pueblo o las recientes de San Juan son un verdadero infierno para las mascotas

Publicado por
MÓNICA FARTO LÓPEZ
León

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Cualquiera que tenga un perro o un gato como mascota sabrá que pueden llegar a ser muy sensibles a ruidos intensos como los truenos, los cohetes o las armas de fuego. Pueden responder de forma muy diversa: escondiéndose en lugares insólitos, corriendo y destrozando lo que encuentren a su paso para liberar su ansiedad, ladran, lloran, etc. Se trata de un fenómeno que se acentúa con el paso del tiempo si no se pone remedio. El objetivo es conseguir que el animal logre superar este tipo de fobias o al menos que lo sobrelleve de la mejor manera posible. Lo mejor es comenzar unos meses antes de que aproxime la época de fiestas para que sea más efectivo. En un porcentaje muy elevado de los casos este miedo lo van adquiriendo desde la época jubenil y los propietarios tienen mucho que ver. Hablamos de los perros excesivamente mimados e hiperprotegidos. Cuando se muestran aterrorizados ante alguna situación los propietarios adoptan una postura protectora, con caricias y voz tranquilizadora, que el animal termina por entenderlo como un premio, reforzándose esta mala conducta.

El método más eficaz es la desensibilización sistemática, es decir, exponer a nuestra mascota a un estímulo capaz de provocar una reacción de miedo pero a una intensidad más baja para que no se llegue a producir y que poco a poco se pueda habituar. El animal percibe si su dueño está tranquilo y esto le ayudará en gran medida a superar su fobia.

Otro método es distraer al animal cuando éste comience a estar ansioso. Captar su atención para que no se comporte temerosamente. Se comienza cuando el perro alerta al dueño por primera vez sobre el ruido y todavía no exhibe un comportamiento temeroso sino que sólo está vigilante. Es entonces cuando trataríamos de distraerlo con algo con lo que él disfrute, por ejemplo jugar con una pelota, premiándole por prestar atención al juego. Si no resulta efectivo y el animal comienza a mostrar miedo hay que detener el proceso ya que es posible que sin querer reforcemos su comportamiento.

Debemos asegurarnos de que nuestra mascota no logrará escaparse de la casa aterrorizado por los estruendos, y tener en cuenta que el estado en el que se encontrarán los puede llevar a saltar cercas o incluso romper las cadenas. Si es posible intentaremos mantenerlos cerca de la familia durante los momentos de mayor ruido; al escuchar voces conocidas y ver a sus seres queridos se sentirán menos asustados porque verán la situación como normal.

En los casos de más graves siempre es necesario utilizar una medicación adecuada a fin de lograr tranquilizar al animal para después aplicar la desensibilización sistemática. Existen fármacos homeopáticos pero cualquier producto que le demos a nuestra mascota debe ser previamente aconsejado y aprobado por el especialista en comportamiento animal, que serán los encargados de prescribir la medicación pertinente y de hacer un seguimiento de los resultados.

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