La desertización avanza

Con motivo del Día Mundial de la Lucha contra la Desertización y la Sequía, desde el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente se alerta de que España es el país europeo con mayor índice de desertización, un problema que afecta ya a más de la cuarta parte del planeta y a 250 millones de personas. Además, al reducirse la productividad en la agricultura y la ganadería, pone en peligro la subsistencia de más de mil millones de habitantes.

Según Cruz Roja, el agua es un recurso cada vez más escaso y ya se consume el 54% del agua dulce disponible en ríos, lagos y acuíferos subterráneos, fenómeno que va en aumento calculándose que en 2025 el ser humano consumirá el 70% del agua disponible en el mundo. En este sentido, desde la ONU se advierte de que en ese año, entre 2.600 y 3.100 millones de personas podrían estar viviendo en condiciones de escasez o de agotamiento de agua. Sólo en Europa hay actualmente más de 40 millones de personas que no tienen acceso al agua potable y 85 millones no disponen de asistencia sanitaria básica.

Ahorro de agua. Desde Cruz Roja se indica que la falta de agua, además de procesos de sequía y desertización en los ecosistemas, provoca enfermedades que se cobran anualmente la vida de unos cinco millones de personas, la mayoría menores de cinco años. Igualmente, mientras en los países en desarrollo una persona consume 10 litros de agua al día, en Europa esa cifra asciende a 135.

En este sentido, el estudio Water Savings, presentado por el Grupo Electrolux, concluye que en España se podrían ahorrar al año 79,7 millones de litros de agua si los hogares utilizaran el lavavajillas en lugar de lavar los platos a mano. A nivel de la UE, el ahorro sería de 990.000 millones de litros, cantidad superior al consumo de Dinamarca en un año.

Bajo el lema, «Conservar el suelo y el agua=Asegurar nuestro futuro común», las principales organizaciones ecologistas advierten de que no se están atajando las causas que provocan la desertización (cambio climático, sobreexplotación de los acuíferos y de los recursos hídricos, agricultura intensiva) y son pesimistas respecto a las acciones puestas en marcha en España.

WWF ha presentado un informe sobre las necesidades de agua de los ríos, arroyos y marismas de Doñana para garantizar su supervivencia a medio y largo plazo, en el que se advierte que si se siguen sobreexplotando los acuíferos, Doñana sufrirá el mismo proceso que las Tablas de Daimiel, que apenas cuenta con un uno por ciento de superficie inundada.

Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, de todos los países del norte mediterráneo, España es el país más susceptible de sufrir los efectos de la desertización debido a su morfología montañosa con laderas abruptas, fuertes lluvias con gran capacidad erosiva, condiciones climáticas que van desde subhúmedas hasta semiáridas, temperaturas y precipitaciones muy variables de un año a otro y la existencia de sistemas sobreexplotados, a las que se añade la creciente presión demográfica y turística.

Los datos que maneja el Ministerio de Medio Ambiente reflejan que la desertización afecta en grado alto y muy alto al 17,85% de la superficie nacional, siendo el riesgo medio en un 19,2% del territorio. Si bien, y de acuerdo con los datos de los dos últimos inventarios forestales (1995 y 2005), se constata que la superficie arbolada de nuestro país ha aumentado en 600.000 hectáreas, más de un 1% de la superficie nacional, y que la evolución de los incendios forestales, que son el principal agente de desertización a corto plazo, ha sido positiva durante los últimos años.