Faena

Pero a quién se le ocurre decir que Francisco Rivera Ordóñez no se arrima. Viendo las fotos de las revistas se diría que el torero no hace otra cosa que arrimarse... A las chicas guapas, por supuesto. Ese es un terreno en el que Fran se muestra dominador, a la par que artista. Ahí sí que podrían darle una medalla y la aceptación sería unánime.

Esta semana tenemos a Fran Rivera hecho un brazo de mar en una playa gaditana. En las fotos que circulan por el cuché lo vemos ejerciendo de padre responsable, con su niña, y de apuesto galán con otra niña bastante más crecidita. Cecilia, dicen que se llama, y es bailarina de la compañía de Sara Baras. Hasta el traje de baño se remanga el diestro (con resultados más que notables) al arrimarse a esta última. Me admira lo que le cunde a este hombre una jornada playera, y también su tremenda intuición con las mujeres. Lo digo porque el factor niño (más aún que el factor perro) es un sistema infalible para ligar. Una mujer ve a un hombre en el papel de papá tierno, amable, cariñoso y jugetón, y cae redonda, sin necesidad de puntilla.

No, no digo que Fran utilice a su pequeña para subir en el escalafón del corazón femenino. Al contrario, estoy segura de que él es un auténtico padrazo haya o no haya público en los tendidos.

Pero insisto en que mostrar el lado paternal redondea mucho la faena. Es como el torero que además de pegar buenos naturales sabe poner banderillas... En fin, sabemos que Fran se arrima y hasta se adorna en esto del ligoteo. Lo que ya desconocemos es por qué no acaba de cuajar una faena. La última con Elisabeth Reyes fue vista y no vista. O bien no encuentra el -˜toro-™ de su vida, o tiene miedo a que le den los avisos... O es que pega la espantá en cuanto ve que ellas desarrollan sentido.