«Ni canto, ni bailo, pero doy que hablar»
Su impecable presencia en las fiestas más glamurosas y sus declaraciones (con acento de Serrano) sobre las penurias que pasan los pobres ricos que se han quedado sin cash la han convertidoen un personaje mediático imprescindible: la pija de cabecera del mundo del corazón. Sin embargo, esta mujer, nacida en León y criada en San Sebastián, que perdió el hijo que esperaba y, más tarde, a su marido en un accidente de coche, ha decidido rebelarse contra su propio cliché.
-”Está de moda. ¿Se lo explica?
-”No. Ésa es la gracia, que ni canto, ni bailo, ni doy escándalos y de repente provoco curiosidad.
-”Será porque no se queda en casa...
-”Ah, no. Yo, en casa, lo justo. De casada, tenía una vida social más tranquila, pero muy rica en el plano intelectual. Al enviudar, pasé tres años como debajo del mar. No podía soportar ni a la gente. Lo pasé fatal.
-”¿A qué se dedica?
-”A llevar mis cosas. Yo vivo de las rentas. No ficho ni trabajo para nadie. Pero llevar mis cosas ya es bastante. Mi marido era arquitecto y un diseñador industrial extraordinario. Si me dejó o no me dejó patentes no viene a cuento ahora. Guillermo Capdevila Ugarte, mi marido, trabajaba para grandes empresas. Hacía desde mueble de oficina a lavadoras, ordenadores...
-”Y murió joven.
-”Hace diez años, en un accidente. Pero no quiero hacer publicidad de mi tristeza.
-”Su imagen es muy alegre.
-”Y lo soy. Porque, mire, cuando una persona se queda sola, cuando está hundida, sólo tiene dos opciones. Una, seguir colgada de la melancolía y la otra, seguir adelante. Y yo jamás le doy el rollo a nadie con mis penas. Pasé tres años muy aislada, muy metida en mi dolor. Pero la vida también me ha dado un amor enorme, una vida interesantísima donde he conocido a intelectuales, gente del cine, de la cultura... Con mi marido he pasado temporadas en Berkeley, California. A él le conocí en Londres, cuando estudiaba.
-”¿Quería dedicarse a la moda?
-”No, nunca. Eso de la moda es un cuento de la gente. Aquí en cuanto te ven bien vestida, lavada y peinada te inventan lo que sea. Yo siempre he vestido igual, desde pequeña. Y mi madre... Mi madre es un cañón. Yo a su lado parecía una fregona. Sin meterme con las fregonas, por supuesto. Es que ya me da miedo hablar... De niña me vestían en Los Encajeros y en la Casa Goya. Más tarde, íbamos a Pertegaz y a Pedro Rodríguez, que me hizo el vestido de mi puesta de largo.
-”¿Se ha criado en San Sebastián?
-”Sí, aunque nací en León porque la familia de mi madre es leonesa-asturiana. Mis abuelos vivieron en La Habana. Volvieron y se hicieron una gran casa de indiano con su palmera. Y mi abuela paterna, de apellido Pereletegui, era vascofrancesa. Pero yo, como digo, estudié en Londres. Quería hacer banca y empecé a trabajar en el Santander de Londres como relaciones públicas. Ahí conocí a mi marido, natural de Santiago de Chile. Nos casamos rapidísimo. Estábamos locos perdidos de amor, de bohemia y de felicidad. Y fuimos muy felices durante veintidós años. Yo me casé muy joven. Y cuando me quedé viuda en San Sebastián e Irún recibí las mayores muestras de cariño. Me arroparon muchísimo y toda mi vida estaré agradecida a Guipúzcoa entera. En Bilbao, a los dos años de morir mi marido, se hizo una exposición antológica de su obra, en la Feria de Muestras.
-”¿No ha pensado en adoptar hijos?
-”Yo hubiera adoptado, pero nuestra vida era tan interesante, tan rica, que no teníamos tiempo.
-”¿Y encargar un niño ahora, como ha hecho Carmen Cervera?
-”No, a mí ya se me ha pasado el arroz. Los hijos hay que tenerlos joven y con energía, y no dejarlos en manos de -˜nannys-™.
-”Una intervención suya en televisión le ha creado fama de rica insensible.
-”Fue un poco una encerrona. Me dijeron que iban a hacerme unas preguntas y yo creí que se trataba de un programa sobre moda. Pero volvería a decir lo que dije. La crisis afecta a los que tenemos algo que perder: un trabajo, una casa... Dije, y repito, que un pobre que pide en la calle ya vive instalado en la crisis. No sabe quién es Madoff, ni Lehman Brothers. A lo mejor vende dos pañuelos menos, pero sigue igual de mal. Lo que pasa es que la tele es letal. La gente ve y oye lo que quiere.
-”Así que no vive usted para sus vestidos.
-”A mí los vestidos me importan dos pitos, porque tengo tantos que ya ni me compro.
-”¿Cómo va esa tesis doctoral que hacen sobre usted?
-”Es algo que me dejó asombrada. Vino un chico de Galicia a preguntarme qué opinaba yo sobre el lujo, la moda, etc. para una tesis. Le recibí amablemente, porque soy una persona que dedica tiempo a los demás. Apareció en mi casa con una pinta de hippy... Y al final acabamos hablando de Voltaire, de los enciclopedistas franceses, de la oratoria... Él estaba fascinado. No se lo podía imaginar. Es que yo soy una mujer culta, en el más estricto sentido de la palabra.
-”Con lo famosa que es ple buscarán novio.
-”Siempre he estado muy bien servida de novios. Y nunca se ha enterado nadie. Precisamente porque he sido muy feliz, he estado superenamorada y he tenido un amor tremendo, adoro a los hombres. Siempre se han portado muy bien conmigo, no tengo ningún resentimiento y siempre estoy enamoradilla o enamorada, o tengo una persona al lado que me quiere; hombres guapos, estupendos, que me adoran y se portan divinamente conmigo.
-”¿Puede pasar una semana sin comprar zapatos?
-”¿Una semana? Y un mes, y dos, y tres. Si yo me voy a Bali y me paso allí meses como una salvaje, en pareo. La gente no me conoce. Soy una persona bohemia, divertida... El día que estoy hecha polvo me quedo en mi casa. Soy la típica Leo: bastante egocéntrica, también muy generosa... Adoro la vida y me encanta comer, como a los leones. Como tenga hambre soy odiosa. No soporto tener hambre. Siempre llevo mi bolso lleno de chocolatinas y mazapanes por si me ataca el hambre.
-”¿Y esa figura?
-”Nunca he ido a un gimnasio. Tengo muy buena genética.