Emergentes

La casa de Vetusta Morla es un escenario pequeño durante nueve años. Ahora es una mansión de éxito. La noticia está bien: vuelven a tocar en los sitios madrileños en los que explotaron como banda. Pero lo interesante puede estar en la parte de atrás de todos estos últimos meses en los que los chicos de Vetusta Morla pasaron de ser unos perfectos desconocidos a unas impecables estrellas del rock, habituales de los telediarios y de los mass media al más alto nivel. En la gira mini que harán para despedir su primer disco, pasarán, de hecho, por locales tan entrañables como pequeños como el Café La Palma. Será en noviembre.

El adiós a Un día en el mundo , un primer disco que les ha dado tanto, como no hubieran imaginado ni en sus mejores sueños, se antoja como la despedida de todos los años pasados. Porque en esta colección de canciones esenciales de la banda tiene que haber algo de propia antología. Y un resumen de la travesía del desierto, que, por otra parte, no era tan solitaria porque tenían un grupo de gente que les seguía y les valoraba aunque aún no alcanzaran a tener repercusión ni en la más recalcitrante de las escenas underground.

Para coronar lo que no se puede calificar por debajo de trayectoria impecable, y de último gran fenómeno musical en la escena española, los Pucho y compañía cometen un nuevo acierto: dan por terminado el éxito de su primer disco. Evitan afanes recaudatorios de giras que se alargan bajo el pretexto de que lo pide el público. ¿A que esto último les suena un poco?