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Las razas toy y la luxación rotuliana

Una patología frencuente en el Caniche toy o el Yorkshire terrier

Imagen de un Yorkshire terrier saliendo de una piscina en una exhibición en Holanda.

Publicado por
MÓNICA FARTO LÓPEZ
León

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Así como en las razas medianas y grandes se ven amenazadas por las dispalsias, en aquellos perros de razas pequeñas suele acechar esta patología articular.

La rótula es una osificación del tendón del cuadriceps que se articula en el surco troclear del fémur. La luxación congénita de rótula tiene un origen hereditario, aunque el hecho de que se manifieste se ve influenciado por varios factores ambientales y nutricionales.

Los animales afectados presentan anomalías anatómicas a lo largo de la extremidad posterior. Ciertas angulaciones y torsiones a nivel de la tibia que suelen acentuarse con el crecimiento, así como un surco troclear poco profundo, hacen que esta articulación falle en determinadas situaciones. De forma secundaria y con el paso del tiempo, nos acabamos encontrando con una enfermedad degenerativa como consecuencia de una alteración en la biomecánica de la articulación, con el consiguiente desgaste de las superficies articulares involucradas. Podemos hablar de una luxación lateral o medial, en función de si la rótula se luxa hacia la cara interna del muslo o hacia la externa. En razas pequeñas es más frecuente la luxación medial.

Los síntomas que se observan son sobre todo cojeras intermitentes, a veces crónicas, con imposibilidad de realizar los movimientos normales de la articulación. El animal va caminando y de repente levanta la extremidad, luego la apoya y de nuevo la levanta como andando a saltitos. La cojera suele ser de media a moderada y por lo general aquellos con luxación lateral de rótula tienen más problemas de cojera que los de luxación medial. La cojera empeora si el animal gana peso, se produce una erosión del cartílago articular, la luxación se vuelve permanente, el ligamento cruzado se rompe o la cadera se luxa.

Para su diagnóstico se realiza un examen clínico ortopédico con valoración del grado de cojera y dolor. Se realizan una serie de radiografías con diferentes proyecciones. Los hallazgos radiográficos muestran este desplazamiento anormal de la rótula.

Su resolución puede ser conservadora o quirúrgica. En el primer caso, sólo en casos de luxación de rótula de grado leve y cuando el animal no presente cojera. Se basa en antiinflamatorios, condroprotectores, rehabilitación y ejercicio controlado. En el resto de los casos el tratamiento pasa a ser quirúrgico y en los que existe un gran número de técnicas diferentes y/o complementarias que debemos aplicar según el paciente y el grado de luxación. El seguimiento postquirúrgico y la evolución clínica suele ser muy positiva, el apoyo de la extremidad afectada se realiza en un corto periodo de tiempo, disminuyendo la cojera así como el dolor y la inflamación, aumentando el rango de movilidad articular de manera muy favorable.

Siempre es recomendable iniciar un tratamiento lo más rápido posible para evitar que la enfermedad progrese y se desarrollen lesiones musculo-esqueléticas secundarias.

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