Chispa versus nafta1397124194
Clave para el éxito de la reducción de emisiones contaminantes en el mundo del automóvil, la electrificación marcha a paso de carga hacia un futuro cada vez más próximo-¦ aunque quizá no tan cierto.
Si bien es verdad que son muchas las voces que se alzan en su favor, no es menos cierto que, en la práctica, la realidad es muy otra: presiones de las compañías petroleras, escasa implicación de la mayoría de las Administraciones -”por mucho que, de puertas afuera, sus dirigentes «hablen» de lo contrario-”, ciudades aún escasamente adaptadas -”y sin visos reales de adaptarse-” y una también escasa «cultura eléctrica» en la inmensa mayoría de hipotéticos usuarios.
Además, está por ver si las empresas proveedoras de electricidad son -”o serían-” capaces de satisfacer una demanda masiva de recarga de baterías en vehículos eléctricos.
De momento, y tal parece que por bastantes años, las auténticas soluciones medioambientalmente sostenibles pasan por los motores híbridos: gasolina/eléctricos o, mejor, diesel/eléctricos; solución, ésta última, a la que parecen acogerse la mayoría de fabricantes europeos.
También por la optimización y generalización de sistemas de ahorro («Start&Stop», carrocerías ligeras, neumáticos de baja resistencia a la rodadura-¦) y, desde luego, por la concienciación de puesta en práctica de una conducción limpia .