París bien vale una boda
Cynthia Rossi, protagonista de la inauguración de la primera tienda de la diseñadora catalana Rosa Clará en la capital del Sena
La diseñadora catalana de trajes de novia Rosa Clará lo tenía muy claro. O lo hacía a lo grande o no lo hacía. Ganó la primera opción. Clará, una marca presente en varios países, acaba de abrir su primera tienda en París, y en un lugar realmente estratégico: la rue Faubourg Saint-Honoré, justo enfrente del palacio del Elíseo.
¿Una boutique con vistas a Carla Bruni? Mayor grandeur , imposible...
Ni Bruni ni Sarkozy, pese a ser vecinos, estuvieron presentes en la concurrida inauguración de dicha tienda, celebrada el pasado jueves. No importó mucho. El glamour netamente parisino lo aportaron las Rossi, es decir, Cynthia, hija de Carmen Martínez Bordíu, y su hermana (por parte de padre) Marella. Casualmente, la tienda de antigüedades del padre de ambas, Jean-Marie Rossi, también está pegada al Elíseo.
El toque cosmopolita lo puso la actriz Marisa Berenson, una inteligente mujer que sostiene que en el cine hay «mucha vida» después de los cincuenta... Ninguna de las tres se vistió de novia. Eso lo dejaron para la jovencísima modelo Ludmilla Dom Perignon, cuyo apellido suena a brindis y a carísimas burbujas. Y es que, como es fácil de adivinar, Ludmilla pertenece a una de las dinastías más célebres y legendarias en el negocio del champán francés.
Dicen que de padres alegres y libertinos salen a menudo hijos formales y responsables... Y ése parece ser el caso de Cynthia Rossi. La hija de Carmen Martínez Bordíu contó el jueves en París que se ha licenciado en Derecho con una nota muy alta y ahora está a punto de comenzar las prácticas en un bufete de abogados economistas. «En mi casa se hablaba de arte y de moda, pero yo me interesaba por los temas policiales, el Derecho y la criminología... Quizá fuera para llevar la contraria», bromeó Cynthia. «Siempre me ha interesado desentrañar el alma humana. De momento, no voy a ejercer como criminóloga, pero he estudiado también esa especialidad y no lo descarto para el futuro».
Diferente a Carmen
Pese a ser casi opuesta a ella, Cynthia adora a su madre. «Yo soy mucho más comedida y reservada, pero en el fondo admiro y envidio la soltura con la que vive, su capacidad para ponerse el mundo por montera y su energía imbatible. Quizá porque la llegué a ver muy deprimida hace unos años, cuando atravesó la menopausia, ahora soy feliz de verla tan recuperada y alegre. En la tele, el otro día, la vi espectacular. Y José Campos, su pareja, tiene mucho que ver en ello. Yo -”aclaró Cynthia-” no soy como mi madre, pero tampoco soy nadie para juzgarla. La apoyo en todo. Y aunque es verdad que a veces parezco más sensata, nunca me he sentido la madre de mi madre. Ella, con darme mucha libertad, tiene mucho carácter y siempre ha tenido el mando».